Capítulo 34

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Lyam

Brandon, Tyler y Emiliano por fin se han ido. Samantha y yo entramos a la cabaña y caminamos hacia mi oficina. Al entrar, tomo asiento en mi escritorio al mismo tiempo que Samantha se sienta en frente de mí.

— ¿Ahora si me puedes decir que estás planeando?—pregunta ella— ¿Por qué el auto de Brandon está destruido?

—Por Arlet—respondo— todo esto es por ella.

— ¿Qué tiene que ver un auto estrellado con Arlet?

—Sus amigos.

— ¿Cómo?— se levanta de la silla.

—Sí, sus amigos están tratando de "salvarla"— hago énfasis en la palabra salvarla— los muy tarados creen que pueden contra mí. Yo les voy a demostrar todo lo contrario.

— ¿Qué hiciste?— se levanta de la silla.

—Tranquila, solo fue un pequeño susto.

— ¿Qué hiciste?—da un golpe en mi escritorio y me mira fijamente a los ojos. Puedo ver la rabia que hay en su rostro.

—Yo no— digo y levanto las manos— ellos fueron los que tuvieron un accidente.

— ¿Tú fuiste?—me pregunta— ¿Fuiste tú el que armó si accidente?

—Creo que ya sabes la respuesta.

—O sea que por tu culpa Simon casi pierde la vida—asiento con la cabeza— Eres un idiota.

«Estúpida» pienso. Levanto la mano para abofetearla, pero me detengo. No lo hago.

—Un poquito más de respeto— le digo, calmado— no tengo la culpa de que ese estúpido se esté metiendo en mis asuntos.

No responde.

—Agradece más bien que no lo he mandado a matar—digo luego de su silencio— solo porque es una ficha clave para deshacerme de todos al mismo tiempo.

— ¿Qué tienes en mente? —pregunta nuevamente.

—Esperar que los peces muerdan el anzuelo.

—Espero que no estés pensando en hacer daño a Simon— su tono es desafiante— Él no tiene nada que ver aquí.

—Yo espero que no se interponga —me levanto y camino hacia mi pequeño librero— si lo hace, me veré obligado hacerlo y créeme que no me temblará la mano para sacar del camino a cualquiera que intente arruinar mi plan.

— ¿Y cuál es ese plan?

—Tener a Arlet. Ella tarde o temprano accederá a volver conmigo.

— ¿Qué es lo que la hace tan importante para ti?

—No sé, eso es lo que me gusta. Hay algo en ella que me vuelve loco y que no he logrado descifrarlo. Cuándo estoy con ella, soy otra persona. Solo quiero estar ahí a su lado. Me olvido de quien soy. Soy otro hombre en sus brazos y eso me gusta. Ella es el escape a mis problemas, la droga que quiero consumir diariamente.

— ¡¿Qué rayos es esto?!— me interrumpe. Tiene una carpeta en sus manos.

—Eso, querida prima, son los resultados de las necropsias de mis ex's.

— ¿Qué?—se levantó de un salto de la silla.

—Así es, la que no es mía, no es de nadie. Lo mío es mío y de nadie más. Prefiero que estén muerta y compartir su carne con los gusanos que con otro hombre.

Arlet - (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora