58; Herido

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Du-poh-san

Narra Autora

Ya habían pasado la noche del viernes en casa de Dazai. Durmiendo él en su cama a pesar de insistir múltiples veces respecto a que no tenía problemas con descansar en el sofá durante esa noche y la siguiente. Sin embargo, la demanda fue inútil frente a la terquedad de _____, quien se negó sin dar lugar a la duda. Y así, ella y Kalem fueron quienes se acurrucaron juntos sobre el sillón de la sala, cubiertos por dos mantas y usando una almohada nada más, ya que el menor, inclusive sí el espacio no faltaba, optó por dormir encima del torso de su madre, abrazado a ella.

Hoy, ya se acercaba el medio día cuando el pequeño, que jugaba a correr en busca de algún tesoro mientras su mamá lavaba los platos, vasos e ollas que usó tanto para el desayuno como para la cena del día anterior, se acercó a ____ y, dejando notar su aburrimiento, ofreció algo;

─¿El señor Topo puede venir de visita?─. Entonces; Secando sus manos al sacudirlas por encima de algunas cosas que aún estaban sucias, ____ volteó a ver a Kalem con sorpresa.

─O-oh...─. Sin embargo, tampoco tardó mucho en dar una respuesta positiva a su pregunta. Agachándose frente a él hasta igualar la pequeña altura del niño que aún le miraba con curiosidad─. Tendría que preguntarle sí tiene tiempo─. E dar a su hijo una pequeña sonrisa al unísono en el que hablaba con calma y dulzura.

─¡SÍII!─. Celebró Kalem. Un grito dio acto de presencia al huir de su boca, y poco antes de saltar, alzando ambos bracitos al mismo tiempo en el que cerraba ambos puños, separó a sus labios casi por completo y continuó mostrando su enorme sonrisa.

He allí, cuando su vehemente deseo salió a la luz, dejando ver toda su emoción, _____ ríe y, ya con sus manos totalmente secas, camina hacia el cuarto de su futuro marido. Deteniéndose a pocos centímetros de la puerta de su dormitorio y entrando a ella pocos instantes después de darle cuatro golpecitos─. Amor─. Pero, cuando lleva su mirada hacia la única cama dentro de aquel habitación, se queda callada durante un momento; La luz del sol que entraba por la ventana golpeaba las piernas de Osamu, y sus ojos estaban fijos sobre el techo. Sin embargo, al oírle hablar giró lentamente su cuello, y miró a su novia ya dispuesto a seguirle escuchando, sus ojos brillaban entusiastas y una sonrisa se formó pausadamente sobre su rostro, como sí el solo hecho de escucharle hablar fuera un regalo─¿Me podrías dar el número de teléfono de Kunikida, por favor?─. Dándose una pausa, ______ se le acerca tan solo unos pasos. Osamu le observa vagamente confundido─. Kalem me ha dicho que quiere verlo─. Pero al oír la explicación, y sabiendo que le dolerá estirarse para alcanzar el teléfono, el castaño se limita a hacer una ceña con sus ojos, apuntando al velador a un costado de su cuerpo.

Al divisarlo, _____ le toma con delicadeza, y le enciende al levantar la tapa puesto a que este era un celular ya algo viejo. Mas aún, inclusive sí esto no solía ser así, el aparato pidió una contraseña a penas la pantalla se iluminó.

Sabiendo esto, e sin dar tiempo a pedírsela incluso, el castaño confesó sin dudar cuál era el código necesario; ─La contraseña es-─... Ahí, mirando directo al techo, dijo cuatro números en voz alta, tales que hubieran sido difíciles de adivinar para cualquier persona que no le conociera. Pero la mente de ______, que era de naturaleza dudosa, no demoró en divagar respecto al tema paseando por ideas hasta dar rápidamente con la exacta y, dejando el celular en segundo plano, voltear a ver con asombro al de cabellera oscura.

─¿Tú contraseña es...?─. Musitó, aún algo ida─. ¿La fecha de mi cumpleaños?─. Y cuestionó, notoriamente anonadada.

─Pues, sí...─. Murmuró él, sintiendo justo ahí cómo casi instantáneamente sus mejillas se teñían de rosa─. Es vergonzoso, pero... No la he cambiado desde que abandoné la Port-Mafia. Era mi manera de recordarte sin que nadie se diera cuenta, así que...─. Queriendo explicarse, mientras los nervios le daban vueltas en el estómago y la nostalgia comenzaba a manifestarse dentro de su rasposa garganta, miró a _____ por el rabillo de sus ojos, y tragó algo de saliva.

Missing [Dazai y tú] COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora