23; Kalem

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❝A veces pienso en
los viejos tiempos...❞

Narra Autora

CUATRO AÑOS DESPUÉS;

Al interior de una casa de color celeste y ventanas de borde blanco, con suficiente espacio en su interior como para tres personas y quizá un perro, vivían dos adultas y un niño; _____, su mejor amiga Sahori, y el hijo de la nombrada primeramente, Kalem, de tan solo tres años.

─¡Mamáa!─. Grita el niño, desde su cuarto. Pega saltitos hacia una de las repisas blancas sobre él, pero está a muchos centímetros de poder alcanzarla.

A penas oírle, la mencionada ingresa al cuarto y busca con la mirada a su hijo, quien tiene la mano alzada en dirección de la repisa mientras mira a la joven con frustración─. ¿Sí, cariño?─.

─¡No lo alcanzo!─. Reclama el pequeño, cerrando los ojos con fuerza mientras hace una mueca invadida tanto en pena como enojo. Y al ver ello, _____ no demora en hacer algo.

─Perdona, lo dejé muy arriba. Ten─. Sacando al juguete de su sitio y bajando el brazo en dirección del menor, quién de inmediato sonríe con amplitud al unísono en el que abre totalmente a sus ojos, dejando ver a sus pequeños dientes mientras sus inocentes pupilas cafés brillan con alegría.

─¡Gracias!─. Finaliza, sacudiendo con fuerza aquel peluche que le acaban de dar mientras salta.

____ ríe de manera suave.

─De nada. La cena estará lista pronto, ve a lavarte las manos, ¿sí?─. Y al decir lo último, se inclina frente a él, y le acaricia suavemente sus castaños rulos, desordenado un poco a su cabello.

─¡Okay!─. Celebra él, haciendo de sus manos puños y apretando así al peluche que sostiene con una de ellas, para, y luego de agarrar un pequeño piso de plástico en una esquina de la habitación, correr en dirección del baño.

Entonces, dispuesta regresar a la cocina, _____ sale del dormitorio de su hijo y camina un par de pasos, pero el sonido de la puerta de entrada capta su atención.

─¡Ya lleguée!─. Saluda la morena, Sahori, con una sonrisa amplia dibujada en su rostro.

La chica sacude su mano dominante de un costado a otro, y se acerca a su amiga a pasos acelerados.

─Hija, ¡ven a ayudarme con los platos!─. Pero la voz de la mamá de Sahori hace eco desde la cocina, captando la atención de ambas jóvenes e impidiendo que inicien la conversación que ambas quieren tener.

─¡Enseguida!─. Promete la muchacha, girando hacia la cocina un momento antes de agarrar a su amiga de ambas manos, y mirarla con ojos curiosos─. Cuéntame ya, ¿cómo te fue con la psicóloga?, ¿qué decidiste?─. Mas, oído ello, _____ no logra evitar inclinar la cabeza.

─I-iré a ver a... Su padre, mañana por la tarde, creo que sé dónde trabaja. O bueno, un conocido me lo contó por teléfono hace un tiempo atrás─. Le cuenta, a un volumen realmente bajo, para que así solo su amiga le pueda escuchar.

─Ya veo...─. Murmura la contraria, pensativa─. Así que... Kalem podría conocer a su padre uno de estos días...─. Al decir ello, la piel de su acompañante empalidece, y Sahori acaricia su brazo con suavidad, intentando confortarle.

─Quizá... Ya sabes... Todo depende de cómo reaccione él, entre otras cosas...─. Susurra _____, mirando en dirección del suelo a sus costados mientras habla.

Sahori le ve con tristeza─ mh...─ y unos instantes de silencio se crean entre ambas. Sin embargo, al ver a ____ así, no tarda demasiado en sonreírle y alzar la voz, con la obvia intención de animarle─. ¡Pero no nos queda de otra que esperar lo mejor!, ¡así que ven, pongamos la mesa y comamos, que muero de hambre!─.

Al escucharle, la muchacha sonríe para luego desviar la mirada hacia la cocina y recordar que la madre de su amiga pidió ayuda─. ¡Ve a saludar a Kalem primero, yo ayudaré a tu mamá mientras tanto!.

─¡De acuerdo!─. Contesta ella, sonriendo con amplitud. Al caminar más al interior de la casa, lo primero que hace es gritar mientras mira a sus costados─. ¡¿Dónde está el niño más guapo del mundo?!─. Tan pronto como lo pregunta, ve a la puerta del baño entre abierta, y a su pequeño amigo lavandose las manos mientras está parado de puntas sobre su piso de plástico.

─¡Tía Sahorii!─. Se escucha gritar con emoción desde el otro cuarto, seguido de una risita por parte de la mayor.

____ sonríe ya desde la cocina al oír la pequeña reunión. Pero al estar a un lado de la anciana, siente que debe decir algo, y las siguientes palabras salen con rapidez de su boca.

─Muchísimas gracias por cuidar de mi niño mañana por la tarde señora, no sé qué haría sin usted, o sin su hija─. Rellena con agua a un jarrón de vidrio mientras mira a la mujer de reojo. Pero ella niega, restándole importancia.

─Aih, no te preocupes. Además, tu niño es un amor, lo has educado muy bien─. Comenta, al girar hacia su acompañante, sus canas se mueven junto al pequeño viento que provoca.

─Gracias. Lo aprecio mucho─. Responde la chica.

─El guacamole ya está casi listo. Pero piqué tomate para Kalem, está en esa fuente de ahí─. Dicho lo último, la mayor apunta hacia cierta dirección, y _____ asiente con acelero.

(...)

─¡Ya está listo!─. Avisa la muchacha, lo suficientemente alto como para que Sahori y su hijo le logren escuchar.

─¡Vale!─. Contesta la morena, desde el interior de su cuarto.

Pocos segundos después, y cuando ya están todos sentados y con sus respectivos alimentos en cada plato, ____ mira hacia su hijo, y se dispone a hablar.

─Cariño. Toma leche también, no solo el pan─. Pidiendo ello a un tono suave mientras observa cómo su hijo no se da tiempo a tragar antes de ya pegar otra mordida.

─Sí mamá─. Obedece el castaño, para luego asentir. Dejando su pan sobre el plato, agarra su vaso con ambas manitos, y le da un gran sorbo.

Así, al ya llegar la hora de ir a la cama, calentito gracias al pijama rojo pastel que le envuelve, Kalem levanta las mantas de su sitio para así meter sus piernas debajo de ellas, y se acurruca a un lado de uno de sus tantos osos de felpa.

Como siempre, ______ se acuesta a un costado de él, y envuelve al pequeño con uno de sus brazos, sintiendo como el menor le agarra de la mano con suavidad luego de unos segundos.

E inicia su canto diario─ sí esa calle, sí esa calle fuese míaa... Yo mandaba, yo mandaba enladrillaar...─ tan suave como para que sólo su pequeño pueda oírle, y así, le relaje.

─Te amo mamá...─. Murmura él, cerrando sus ojitos al unísono en el que le hablaba.

Y su madre sonríe.

─Yo más tesoro─. Un instante después, notoriamente feliz, continúa su cantar─. Con piedritas, con piedritas de brillante... Para mi, para mi amor pasaar...

×🍭×👶🏻×🍭×

Por fin entramos a la época en A.D.A aaaaaaaah, ¿qué les pareció el cap?.

Missing [Dazai y tú] COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora