Missing [Dazai y tú] COMPLETO

18; No quiero...

❝ Me pregunto, ¿hasta
dónde llegaremos? ❞

Narra Autora

[19 de Junio, 19:42PM]

En el cielo se presenciaba ya un leve azul anaranjado, una media luna adornaba la cima, y las aves paseaban gustosas a las afueras de los edificios.

Dazai, sentado en el sofá de su sala, veía algo de televisión mientras bebía de un vaso con agua hasta la mitad. A pesar de la fecha, su rostro no expresaba emoción alguna, y su cuerpo lucía desganado y aburrido, como sí no viera la hora de irse a a la cama.

Sin embargo, y regresandole la energía casi de un sopetón, su timbre resonó por todo el departamento, y algo confuso por quién podría estar al otro lado de la puerta, bajó el volumen de la película y se levantó de un salto, cruzando el pequeño pasillo que da con la entrada luego de un momento.

Llegado ahí, posó su mano dominante sobre el pomo plateado de su puerta, y se acercó un par de centímetros más para poder así escuchar bien la respuesta que darían a la siguiente pregunta;

─¿Quién es?─. Usando un tono neutro, por poco amenazador, frunció el ceño y se mantuvo callado por un segundo. Mas, no recibió una respuesta totalmente esperada.

─Ehm... Dazai, soy yo, _____─. Comenta ella, nerviosa ante la sola idea de que él vaya a decir algo fuera de lugar, pues no está sola.

Así, justo antes de que él abra la puerta─ ¿huh?. ¿Por qué no me avisaste que vendrí-?─ es interrumpido por la voz urgida de la muchacha.

─¡Sorpresaa!─. Canturrea esta, siendo seguida por el de barba luego de unos segundos.

Ahí, ella extiende sus brazos en dirección del castaño, y aún sonriente, le enseña la extraña caja blanca que sostiene con firmeza.

Dazai baja la mirada para ver esta con más claridad, pero su confusión es obvia.

─¿Qué...?─. Y al oírle hablar, el mayor no tarda en explicar qué está sucediendo.

─Vinimos a celebrar tu cumpleaños número dieciocho─. Resume, sonriendo con suavidad y aún con una de sus manos en el interior de su bolsillo.

El menor abre los ojos de par en par─. No era necesario...─. Y cuestiona, a un susurro avergonzado que a penas y sí logra ser oído por los otros. Pero al hacerlo, ____ inclina una ceja y alza la otra, brevemente incrédula.

─¡Vamos...!─. Anima, haciendo un puchero en el intertanto─. Los dieciocho son una edad importante. ¡Y trajimos pastel!─. E insiste, alzando de manera suave aquella caja blanca.

─Eeh...─.Balbucea él, viéndole directo a los ojos mientras intenta analizar la situación, pues ciertamente esto es algo a lo que no está acostumbrado. Pero al ver la expresión en la cara de ____, hay algo que le impide decir que no─. V-vale...─. Así que, rendido, termina aceptando.

Así, ambos cruzan el umbral de la puerta, y Oda deja sus cosas en el suelo poco antes de preguntar algo, logrando llamar la atención de ambos jóvenes─. Necesito pasar al baño primero que todo, ¿dónde está?─.

Por un segundo, _____ se dispone a responder y abre la boca para hacerlo, pero al recordar que ella ya haya venido aquí no debió saberse, se calla y, avergonzada, lleva su mirada hacia otra parte.

Afortunadamente, Oda no notó aquello.

─Por el pasillo, primera puerta a la derecha─. Resume el castaño, apuntando hacia cierta parte de la casa mientras mira al hombre que le supera por altura.