4; Chicos...

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Narra Autora


DOS DÍAS DESPUÉS;

[Jueves, 00:51PM]

─¡Me alegra que aceptaras venir hoy, _____!─. Grita la rubia, lo suficientemente alto como para que su amiga le pueda escuchar desde la otra punta de la mesa, pues la música resuena en el interior del pub, y el sonido retumba en los oídos de las presentes de manera brevemente molesta, permitiendo a la nombrada escuchar tan solo de forma tenue a quien le acababa de hablar─. ¡Te la pasas trabajando!─. Regaña, recibiendo una risa suave por parte de la muchacha, quien no demora mucho más en volver a desviar la mirada, pues se mantiene perdida en sus propios pensamientos al unísono en el que bebe de su copa─. ¡Una chica de tu edad debería de disfrutar su joventud!.

─¡No la tengo tan fácil, lamentablemente!─. Comenta la menor, sonriendole de manera algo más amplia con la intención de que, así, lo dicho no suene como un ataque hacia su compañera.

─¿¡Cuántos años tienes!?─. Cuestiona la de mechas azules, que se había quedado callada los últimos segundos. Eran tres chicas en total, dos que tenían entre 20 a 30 años y una que mentía sobre su edad constantemente.

Estaban sentadas alrededor de una pequeña mesa en aquel pub y se dedicaban a disfrutar la música entre charlas, riendo de sus bromas o tomando de sus vasos cada ciertos segundos.

─¡Dieciocho!...─. Contesta la rubia, sin dar tiempo a _____ para hablar por ella misma. Pero a la menor aquello no le parece importar y, en cambio, se limita a seguir mirando su alrededor─. ¿No?─. Mas, no muy segura de lo que acaba de comentar, la mujer pregunta nuevamente su edad a aquella chica, y ella se dispone a asentir.

─¡Sí!─. Responde, breve. No ha parado de mirar hacia cierta “pared” del lugar, y los dedos de sus manos juguetean nerviosos alrededor del vaso, pues le dan pequeños golpecitos al cristal de este.

─¡Va!, ¡¿en serio?!─. Pregunta la de mechas, con asombro─. ¡Luces menor!─. Y oído eso, _____ se muerde la lengua y frunce el ceño, pero ninguna de las restantes alcanza a notarlo.

─¡Me lo dicen a menudo!─. Confiesa, fingiendo ánimo─. ¡Voy al baño!, ¡ya vuelvo!─. Sin embargo, y sin aguantar más tiempo, se aleja apenas dichas esas palabras y cruza por el lugar a pasos rápidos.

Luego de unos segundos, sus manos se levantan en frente de su cuerpo y, en un momento dado, 'no se da cuenta' y tironea con delicadeza la chaqueta de uno de los muchachos a los que esquiva para pasar.

Cruza la puerta del baño, que por suerte no tenía fila, da media vuelta hasta quedar con su cuerpo frente al umbral, y espera un momento.

Entonces, la puerta se abre delicadamente; ─¿Todavía no lo pillas?─ y la muchacha cuestiona aquello casi de inmediato. Dazai cierra tras de sí, y sin dejar de mirar en su dirección, pone el seguro.

─Espero a que esté solo─. Habla, serio. _____ desvía la mirada con molestia, cruzandose de brazos a la hora de pensar en lo que hará a continuación. Y en ese instante de silencio, el castaño se limita a verle hasta, casi inconscientemente, bajar la mirada hacia el borde de su vestido que, puedo recalcar, finaliza justo debajo de su trasero.

─Lo llevaré al auto, tú escondete cerca─. Ordena la niña, sin haberse dado cuenta del recorrido que el varón hizo encima suya, para luego caminar hacia la puerta y poner su mano sobre el pomo desgastado de la nombrada.

Sin embargo, Osamu hace peso sobre esta, impidiendo que, aunque _____ le haya quitado el seguro, pueda abrir─. ¿Qué vas a hacer?─. Le pregunta, a un volumen más bajo que el que uso con anterioridad, mas aún se mantiene serio.

Missing [Dazai y tú] COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora