❝ Porque estoy tan
malditamente asustado... ❞Narra Autora
Abortar...
Lo primero que vino a su mente luego de aquella larga charla junto a Oda, inundada tanto en llanto como en súplicas de que esto no fuese real, fue el aborto.
Desconocía gran parte del tema, y temía lo que le fuera a pasar sí optaba por hacerlo, pero, ¿qué más podría elegir?. Fue irresponsable al mantener relaciones sin estar consciente más que del hecho de que disfrutaría del contacto, pero, a fin de cuentas y considerando su vida hasta hace pocos años atrás, ¿cómo saber más que eso?. Madre a los diecisiete años, diecisiete, esa sería la edad que cumpliría poco antes de dar a luz.
Se había convertido en una niña que tendría que tomar una decisión adulta sin saberlo, sin pensarlo, y ahora tenía que cargar con las consecuencias.
Abortar o...
Tener un hijo...
Lo único que creía tener claro era que Dazai no lo sabría pronto, o quizá nunca dependiendo de su futura decisión; Dejar la Port-Mafia durante el embarazo para poder así tener al bebé, o no tenerlo y seguir su vida como sí nada hubiera pasado, aunque llevara aquella enorme carga siempre por encima de sus hombros.
Pero, ¿cómo mantenerlo?, ¿y, quién le aseguraba que algún enemigo no intentaría hacerle daño en algún momento, cercano o lejano?. Sí pensábamos solo en el niño, dado al historial de su madre, ¿era buena idea que naciese, o su destino sería morir a manos de algún enemigo que tuvo la joven en su pasado?.
Los dedos de _____ se deslizaban por su computadora con lentitud, como sí temiera por el solo hecho de leer aquella palabra ser escrita por sus propias manos. Pero, y en algo así como treinta segundos, lo hizo; “Aborto”.
Ahora, en el silencio de su departamento, con la luz de afuera entrando por la ventana, de rodillas sobre el colchón de su dormitorio y con la sensación de que se encuentra sentada en medio de una penumbra que no le trae más que emociones intranquilas, atemorizadas, releía el nombre de las páginas una y otra vez mientras pensaba en cuál sería mejor leer primero.
Sin embargo, cuando hizo click en una de ellas, el recuerdo instantáneo de Dazai llegó a su mente al unísono en el que leía la primera línea, y una lágrima bajó por su mejilla justo en el momento en el que inclinaba su cuerpo hacia delante, tapando su rostro con ambas palmas y dejando escapar un sollozo ahogado que no tardó en hacerle doler la garganta, pues no era la primera vez que lloraba en lo que llevaba del día.
Así mismo, había pasado la tarde imaginándose las posibles reacciones del varón, y lamentaba en el interior de su pecho que ninguna de ellas era positiva; “¿Estás segura de que es mío?”, “Que broma de tan mal gusto”, “No me jodas, ¿para qué inventar algo como esto?”. Toda su valentía y fuerza terminó en el suelo cuando se dio cuenta de quién era el chico con el que había decidido meterse y con el que había tenido sexo ya tantas veces que no se podía contar con los dedos de sus manos.
Insultandose a sí misma a un volumen bajo, golpeó el borde de la computadora con su mano derecha hecha puño, y soltó un grito frustrado.
Mientras más leía, más miedo le daba y más ansiedad invadía su cuerpo, haciéndole temblar de tan solo imaginarse cómo sería todo lo que se tenía que hacer para no tener al niño, o niña, lo que fuese, realmente ello era lo menos importante.
─¡AH!─. Grita, golpeando por última vez a su computador antes de notar el ardor en sus nudillos, y la marca roja a un costado de su mano. Pero su corazón duele tanto que en pocos segundos el ardor desaparece y lo único que siente es una presión en su pecho, como sí alguien le estuviese intentando arrancar aquel órgano que late con desesperación─. ¡Madita sea!─. Mas, cuando se disponía a levantar una de sus almohadas para lanzar esta contra la pared, sus acciones se vieron interrumpidas con sus pensamientos y, luego de bajarla, apretó el objeto contra su torso.
El hecho de necesitar un abrazo estando sola le hizo sentirse aún más desgraciada. Y, como último recurso, fingiendo que se tratase de una persona se aferró a la almohada y apoyó su frente contra el borde de esta. Sus ojos aguados, sus pestañas sueltas, sus labios temblorosos y su piel fría eran cada vez más notorias, cada vez más decaídas, rotas. E, irónicamente, mientras que el nombre de cierto varón reaparecía en su cabeza, imaginándose al unísono cómo él le abrazaba mientras intentaba consolarle con palabras tiernas (cosa que era prácticamente imposible) fue invadida por un sentir confuso, preguntándose al instante por qué había imaginado tal cosa provenir de un chico como ese. Mas, y cuando su confusión fue expresada por una mueca, su teléfono vibró y, aún temblorosa, le levantó con cuidado.
Era un mensaje de él, de Dazai. Sin embargo sus palabras no eran exactamente motivacionales. Cosa que aunque, a sabiendas de que Osamu no estaba al tanto de la situación actual, le causó cierta pena.
«Hey. ¿Hoy, vienes, voy, o no
tienes ganas?».Sí tan solo hubiera visto el rostro del varón al otro lado de la pantalla aquel día, quizá su perspectiva respecto a él habría cambiado y su futuro habría sido diferente, pero no.
Mas, solo bastó un minuto de haber marcado al mensaje como leído para que él se dispusiera a enviar otro, limitándose a escribir tres signos de interrogación y a desconectarse luego de un momento, dejando el teléfono a un costado suyo para luego reacomodarse en el sofá de su departamento.
Por su parte, _____, mientras miraba el mensaje con ojos llorosos, se regañó a sí misma por pensar en qué decir en vez de dar un simple no y seguir con su tormento.
Sin embargo, su vulnerabilidad fue tan grande que cedió, y unos veinte minutos después el castaño ya se encontraba frente a la puerta del departamento.
Mas aún, lo que siguió de esa noche fue diferente para la menor, quien con sentimientos a flor de piel y ansias por un simple abrazo, permitió al varón tocar cada rincón de su cuerpo sin vergüenza alguna, o sin detenerle mientras tanto. De algún modo, tomó conciencia del delicado tacto que Osamu ejercía sobre su piel al hacer esto, y se dio cuenta de lo caballeroso que el muchacho era estando en esta situación (cuando no usaban cadenas o nada parecido a ello, claro).
Así mismo, lo que hizo junto a él esa noche, aunque a los ojos del castaño no fue para nada visible, fue el consuelo que ____ nunca hubiera esperado de su parte. Pues, por primera vez se sintió no solo como sexo, sino que como una voz confesandole un adolorido: «Yo también te necesito...» a un volumen tan bajo que fue por poco inaudible para la menor.
×🍭×👶🏻×🍭×
Escuché What is Love de Jaymes Young mientras escribía y, Dios, tremenda pena me dio al hacer este capítulo :'(. ¿Les gustó?...
En fin, no sé sí lo estoy expresando bien pero intentaba hacer entender que, aunque lo creían así, lo que ellos tenían no era solo sexo, sino que una especie de escapatoria de la soledad y/o el vacío que ambos sentían.
|i n s t a; andreaa.wttpd|
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Missing [Dazai y tú] COMPLETO
Fanfiction[a d v e r t e n c i a; Sexo, humor negro]. ❝ Mi vida ya tenía un proposito para ese entonces, pero yo no me había enterado de ello. Varios años después, luego de que una amiga de la infancia se presentara repentinamente ante mí, lo supe. Kalem, mi...