❝Toma mi mano...❞
Narra Dazai
─“Dazai...”─. Oigo decir...
Muevo mi cuerpo con suavidad, una calidez aplasta mi torso, y hay algo que no logro entender cargado sobre mi brazo. Mi espalda toca algo suave, no tengo idea alguna de a dónde estoy, pero, y obedeciendo a mis somnolientas peticiones, mi cerebro permite levantarse a mis párpados, quedando con los ojos abiertos a medias y dando paso a una suave luz que me deja así ver al techo del cuarto de mi hijo.
Confuso, me muevo hacia un costado, y me doy cuenta de que el peso sobre mi brazo pertenece a mi niño, quien me abraza con fuerza aún con los ojos cerrados, y una sonrisa plantada en su rostro.
─Dazai...─. Susurra una voz a un lado de mí. Mas, incluso antes de darme tiempo a girar en su dirección, un bostezo escapa de mis labios─. Hay que leva-... Eh, ya es de mañana─. Pero, al oírle decir aquellas palabras, me sobresalto, y giro de inmediato hacia ella─. Son las siete treinta y cinco de la mañana, ayer te quedaste dormido junto a Kalem─. Me explica, y le observo aún sorprendido.
Mas, justo ahí─ hghjm─ el nombrado gruñ, y _____ le mira con preocupación, pues al parecer no quiere que despierte. Sin embargo, a penas asegurarnos de que sigue durmiendo, ambos llevamos nuestros ojos nuevamente a la posición anterior, nosotros.
─Ve a bañarte sí quieres─. Murmura ella, a pocos centímetros de mi rostro, para así no tener que hablarme tan alto. Aún algo cansado, y al unísono en el que asiento, me acomodo sobre el colchón hasta que mis pies tocan el piso, y me levanto con cuidado─. Yo prepararé la mesa y Sahori vestirá a Kalem. Las toallas están en el mueble debajo del lavamanos─.
No logro reaccionar dado a que llevo despierto no más que unos segundos, pero soy medianamente consciente de la cercanía en la que nos encontramos, aquella en la que soy incluso capaz de sentir su calida respiración chocando contra mi cuello.
Aún así, luego de frotarme los ojos con el contorno de mis manos, vuelvo a mirarle a los ojos, y asiento.
Pocos minutos después, y ya todos listos para salir, ____ rescomoda nuevamente la bufanda del menor, y luego de mirar rápidamente a la ventana a su costado, dice lo siguiente a Sahori, quien ya había agarrado las llaves de su auto.
─Hoy iremos caminando─. Refiriéndose tanto a ella misma como al castaño, y mirándole con tranquilidad mientras Kalem se queja de lo abrigado que se encuentra a un volumen bajo, pues casi no puede mover sus bracitos.
La morena asiente con calma, y sacude su mano como despedida.
─Nos vemos a la tarde peque─. Anuncia, sonriendo de manera amplia en dirección de mi pequeño.
Kalem no demora en acercarsele corriendo, para luego darle un abrazo.
─¡Te amoo!─. Corresponde, sonriendole con amplitud.
─¡Yo más!─. Y, dicho lo último, Sahori sale del lugar, y nosotros tres nos convertimos en los únicos en el interior de la casa.
─¿Hoy puedo tirarme en el resbalin del parque?─. Comenta mi hijo, girando hacia su mamá mientras le mira con cierta duda en sus brillantes ojos. _____ se queda callada por un momento, como sí pensara en algo.
─Mmm... Sí, pero solo una vez. No quiero que lleguemos tarde─. Así, la sonrisa de mi pequeño se agranda.
─¡Okay!─. Y festeja cerrando sus ojos al unísono en el que alza ambos brazos. ____ ríe a un volumen suave pero, y ahí, Kalem deja de saltar para girar hacia mí y verme─. Papá, ¿vas a ir con nosotros?─. Su gesto inocente a la hora de preguntarme ello logra hacerme sentir presión por un instante, así que mi primera reacción es un balbuceo aleatorio.
─Eh...─. Para después voltear en dirección de _____ y, algo nervioso, preguntarle lo siguiente─. ¿Por dónde queda su sala cuna?─...
─A quince minutos caminando, entre las calles Reibo y Zhukumi─. Me responde ella, breve.
“Me queda de camino, si me apresuro llegaré a tiempo” pensé, mirando a la nada mientras lo hacía, y quedando sin habla por aquellos segundos en los que meditaba lo que iba a decir.
─Sí, les acompañaré─. Afirmo, mirando en dirección de mi hijo a pesar de que les hable a los dos.
─¡YEY!─. Celebró el castaño, dando un saltito. Sonrío con amplitud ante su reacción, y veo a _____ por el rabillo de mis ojos.
(...)
Narra Autora
Una mañana nublada, un niño con chaqueta azulada, bufanda y guantes amarillos, dos padres sonriendo con delicadeza. El niño camina en medio de ambos, sobre el cemento y sosteniendo las manos tanto de la chica como del varón.
Da saltitos cada ciertos segundos, evitando pisar las líneas dibujadas en el cemento. Tanto su madre como su padre le ayudan, dándole cierto impulso.
─¡Ya llegamos!─. Avisa el menor, girando hacia el resbalin que mencionó antes de salir, y mirandole con ojos brillantes de deseo.
Dazai sonríe.
─Vamos, pero sólo una vez─. Advierte su mamá, mirandole con ternura al unísono en el que cambia la dirección del andar de sus pies, y todos voltean hacia el juego al que el niño se quiere subir─. ¿Le recibes tú, o yo?─. Pregunta, viendo hacia Dazai.
─Yo─. Responde rápidamente el castaño, acercándose a la parte correspondiente del resbalin y agachandose a pocos centímetros de esta mientras _____ levanta a Kalem en el otro extremo, sentándole en el borde más alto y subiendo un par de barras, para poder así quedar detrás del pequeño por sí las dudas.
Así, Kalem se deja caer, y _____ observa con dulzura como la espalda del pequeño se aleja hasta ser rodeada por los brazos del otro varón.
De igual manera, cuando el niño llega a los brazos del castaño, una sensación hermosa inunda el cuerpo del mismo, y este no puede evitar sonreír totalmente emocionado.
Entonces, sintiendo una mirada encima suya, Dazai se ve obligado por la curiosidad a alzar la cabeza, y sus ojos y los de _____ vuelven a conectar, mirándose el uno al otro mientras Kalem, lo único que hace, es reír.
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Missing [Dazai y tú] COMPLETO
Fanfiction[a d v e r t e n c i a; Sexo, humor negro]. ❝ Mi vida ya tenía un proposito para ese entonces, pero yo no me había enterado de ello. Varios años después, luego de que una amiga de la infancia se presentara repentinamente ante mí, lo supe. Kalem, mi...