Missing [Dazai y tú] COMPLETO

47; ¿Tu mujer?...

❝ Mientras pienso en ti
como mi esposa ❞

Narra Autora

─¿Qué vas a pedir?─. Cuestiona él, paseando su mirada a través del cartón para luego volver a ver en dirección de la chica sentada a su lado. Quien, al oírle, aumenta de manera suave la rapidez con la que lee, y al encontrar algo que llama su atención, le señala con el dedo índice de una de sus manos─. Yo creo que...─. Sin embargo, luego de un momento, continúa bajando─. Este. Suena rico─.

Ahí, listo para elegir lo que comerá él, Dazai se le acerca suavemente, y apunta otro de los platos que aparecen en el cartón, recorriendo al menú tanto con sus ojos como con sus dedos. Sin embargo, su mano derecha tiembla cuando el calor de sus pieles choca a pesar de los centímetros de distancia, y no pueden evitar ruborizarse mientras por sus cabezas pasean ciertas cosas.

─Yo voy a elegiir...─. Canturrea él, tan nervioso como indeciso─. E-este...─. Pero, y al finalmente encontrar un plato llamativo, casi como por instinto y mientras sonrisas se ven dibujadas por sus labios, Dazai y _____ se miran directo a los ojos, sin intentar disimularlo ni mucho menos.

─También suena rico─. Halaga ella, con emoción que no logra ocultar al estar tan cerca del muchacho. Mas aún, al oír el frenético andar de unos crayones sobre cierto papel color marrón, la muchacha da media vuelta en dirección del niño, y con el objeto aún entre sus manos, lee el menú infantil a un volumen lo suficientemente alto como para que su hijo pueda oírle, permitiendo así que Kalem pudiese elegir su almuerzo.

─Kalem podría comer...─. Inicia, llamando la atención del menor casi de inmediato─. Papas fritas con huevo. Puré con pollo, o... ¡Fideos con salsa!─. Y anima, sonriendole a su hijo aún realmente emocionada. Mientras tanto, y justo después de oír la última opción, el niño alza ambos brazos e repite el nombre de su plato favorito;

─¡Fideos con salsa!─. Su tono agudo, lleno de emoción, provoca una sonrisa instantánea en el rostro de _____.

─¡Okay!─. Contesta ella, soltando una carcajada suave pocos momentos después de haber hablado. Entonces, Dazai observa la escena con una sonrisa aún adornando su rostro, y ríe también a un volumen bajo, siendo invadido por la ternura de su pequeño.

Pero, justo ahí, el mesero vuelve a hacer acto de presencia e, también aparentando buen humor, pregunta lo siguiente─. ¿Están listos para ordenar?─. Dicho esto, ambos adultos asienten y entregan sus menús, dejando al chico sostenerlos al apoyarlos entre su torso y codo izquierdo, para luego levantar una libreta y un bolígrafo que tenía guardado.

─Sí─. Contesta ella, con calma─. Yo quiero una causa a la limeña, y un jugo de chirimoya.

Y luego de darle un momento al mesero, para que tuviera tiempo de escribir el primer plato, Dazai se dispone a continuar con el pedido─. Yo pediré un sándwich italiano y un jugo de melón. Con papas fritas también, por favor─.

─De acuerdo─. Contesta el otro, quitando su mirar de encima de la hoja para girar así en dirección de Osamu─. ¿Y para el niño?.

─¡Fideos con salsa!─. Celebra el menor de cabello ondulado, sin dar tiempo a que el adulto respondiese y alzando ambos brazos, dejando ver a sus palmas, que se tiñeron con los restos de aquellos crayones con los que estaba dibujando.

─¿De qué tamaño es el plato?─. Cuestiona la madre, viendo en dirección del camarero. Aquel chico no tarda en alzar ambos brazos, separando sus manos mientras recuerda y calcula en el interior de su cabeza la medida que le han pedido─. De acuerdo.

─¿Nada más, peque?─. Pregunta el joven, inclinándose a un lado del niño. Kalem niega pero, al querer seguir con la conversación, aquel chico vuelve a preguntarle algo─. ¿Cómo te llamas?...