28; Ocho treinta

2.9K 310 207
                                    

❝Ya me crecieron miedos
que nunca eduqué❞

Narra Autora

Mientras Dazai dibujaba el castillo de bloques que Kalem y él acababan de hacer, el menor permanecía con el mentón casi pegado a su hoja al mismo tiempo en el que pasaba el lápiz por esta con apuro, sin embargo, a pesar de su acelero al dibujar, su cara no demostraba más que cansancio.

─¿A qué hora te acuestas?─. Cuestiona el mayor a penas haberse percatado de ello. Kalem, que mordía su lenguita mientras observaba la hoja ciertamente concentrado, dejó de dibujar para alzar la cabeza y mirar a su compañero.

─Mamá me hace dormir a las 8─. Comenta, dejando escapar un bostezo a penas menciona la última palabra. Al esto pasar, su cuerpo se relaja y su mano suelta el lápiz que termina cayendo sobre la alfombra.

Ahí, Osamu saca su celular del bolsillo de su abrigo y le enciende con la intención de ver la hora, provocando un segundo silencioso que no llega a ser incómodo para ninguno, y dando tiempo a Kalem para dibujar otra línea sobre su hoja.

Una expresión deprimida adorna el rostro de Dazai poco antes de decirle;─ Son las ocho y media... Deberías de ir a la cama ya, para que no estés tan cansado mañana─ y oído ello, la expresión del pequeño también entristece, y sus ojos le observan preocupado mientras se acerca unos centímetros más a su cuerpo.

─¿Ya te vas?...─. Murmura. A Dazai se le estruja el corazón al ver esa expresión en su cara, así que hace lo posible para animarle, aunque de igual manera tenga que irse.

─No te preocupes, voy a seguir visitandote, y tu mamá tiene mi número de teléfono así que puedes llamarme cada vez que quieras─.

─¿En serio?─. Cuestiona el niño, comenzando a sonreír cada vez más.

El castaño asiente con entusiasmo.

─Por supuesto─. Contesta, igual de sonriente que su hijo─. Nos vemos...─. Y al decir lo último, acaricia el cabello del pequeño al unísono en el que se levanta, y aún sonriendole, sale de aquel cuarto.

Al hacerlo, se da cuenta de que la morena de mechas rubias, de quien desconoce el nombre, está parada a un par de metros, a un costado de la mesa del comedor. Pero, y aunque gira a ambos costados, no ve a _____ por ninguna parte, así que opta por acercarse a esa muchacha y preguntarle así dónde se encuentra la otra.

─E-eh─. Llama, alzando el dedo índice de su mano dominante mientras le observa con curiosidad. Pero, al ver cómo ella voltea para poder así mirarle, un detalle de aquella situación llega a su mente─. Disculpa, no sé tu nombre─. Obligandole a rascar su nuca y a desviar la mirada con cierta vergüenza.

Mas, Sahori a aquello no le da importancia─ Sahori─ y se limita a responderle en un tono dulce característico en ella.

Osamu asiente con lentitud, intentando memorizar el nombre que le acaban de decir para así no verse obligado a preguntarle otra vez─. Kalem quiere dormir, así que me iré─. Cuenta, brevemente─. Pero antes... ¿Dónde está _____?─. Así, hay un segundo en el que la chica se queda callada.

─En el jardín delantero─. Mas, y a penas recuerda la ubicación de su amiga, apunta hacia la zona en la que cree que está y vuelve a sonreír con delicadeza, haciendo el intento de disminuir la vergüenza que su acompañante está tratando de no demostrar.

Entonces, y luego de asentir nuevamente, Osamu camina hasta la puerta que da con el exterior de la casa, y al abrir esta lo primero que sus ojos encuentran es a la chica que había ido a buscar.

Missing [Dazai y tú] COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora