46; La paga

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❝ Siempre me quedaré
junto a ti... ❞

Narra Autora

La semana pasó entre miradas apenadas que niguno de los dos, es decir, Dazai y ____, pudieron controlar del todo. La sensación de sus labios uno contra el otro no había desaparecido, sus mejillas se encendían cada que se miraban a los ojos, y no podían estar a menos de un metro sin sentir que en cualquier momento se lanzarían a abrazar al contrario. Así, Dazai pensaba constantemente en como terminar por enamorar a la menor, sin embargo, ella intentaba fingir que no sentía nada más que un pequeño apego por el hombre que era el padre biológico de su hijo, mas aún, al verle de manera tan frecuente aquello se le había hecho realmente complicado.

Así, no bastaron muchos días para que lo primero que Osamu pensara al despertar fuera “¿cómo estará _____?”, pero para la joven, como ya he dicho, era todo lo contrario.

"No tengo tiempo para romances" se excusaba, "no puedo asegurar que no me romperá el corazón otra vez" “entre mi trabajo, mi hijo y la casa no me alcanza para un novio”. E aún así, en algún momento se dio cuenta de que su miedo no era sólo la forma en la que la relación de Osamu y Kalem se vería o no afectada por ello, sino que también el hecho de que su corazón pudiese o no terminar roto. Pues... Una de las cosas que más se le dificultaba desde que se convirtió en madre, era fingir que era y es una mujer fuerte.

Sin más, de esta forma, entre momentos, pensamientos y recuerdos confusos, fue que el día viernes llegó de nuevo, y un mensaje hizo vibrar al teléfono de _____, sacándole del trance en el que se encontraba al unísono en el que lavaba los platos.

En este momento, las voces de Sahori y el pequeño hacían eco desde la otra punta del salón, cosa que, y dado a la cantidad de años en los que pudo sentir cómo la felicidad de ambos inundaba la casa, le produjo cierta calidez en el corazón que amaba poder tener la oportunidad de abrazar, y tal que dibujó una sonrisa en su rostro poco antes de agarrar un paño para secar sus palmas, y posteriormente agarrar de manera suave al aparato de carcasa negra.

Ya ahí, al encenderlo y leer el mensaje que le había llegado, su sonrisa se amplió durante un segundo, y no demoró mucho en contestarle lo primero que vino a su mente;

Osamu Dazai
últ. vez, ayer a las 14:36

» ¡Me depositaron la primera pagaa!, ¿quieres ir a un restaurante hoy?, con Kalem también, claro.

¡Bueno!, ¿y a qué hora? «
2:21PM

» Mmm... ¿Cómo a las tres
te parece bien?.

¡Sí!. Iré a avisar a Kalem «
2:22PM

» ;D

Entonces, metiendo el celular en el bolsillo de su pantalón mientras una sonrisa aún decoraba su rostro, salió de la cocina a pasos acelerados, y miró con apuro al reloj que colgaba de la pared a un lado suyo.

─¡Cariño, ven a cambiarte ropa!─. Llamó, deslizando su mano por su cabello un segundo antes de suspirar profundo─. ¡Iremos a comer con papá!─. Y al contar aquello, la voz ansiosa del pequeño no tardó en hacerse oír a través del cuarto.

─¿¡Con papá!?─. Preguntó, notoriamente emocionado. ____ asintió a penas sus miradas se conectaron─. ¡YA VOY!─. Entonces, dando saltitos, el pequeño dejó los juguetes tirados a un costado del sillón, y se despidió de Sahori agitando su mano derecha de un lado a otro.

(...)

Luego de que los minutos pasan, y no mucho después de que ambos se terminaran de arreglar, el timbre resuena en el interior de la casa, y ____ corre en dirección de la puerta.

─¡Hola!─. Saluda ella, con una sonrisa ya notoriamente animada. Dazai, que se había preparado mentalmente para saludarla poco antes de golpear a la puerta, al verla se quedó sin habla, y su sonrisa desapareció mientras sus ojos parecían brillar cada vez más.

─Ho-hola...─. Tartamudea, sin poder a penas procesar aquello que analiza con la mirada. Y, notándolo, la chica le observa con cierta duda.

─¿Me veo mal?...─. Cuestiona, sus mejillas se calientan tanto como las del de cabellera ondulada, y desvía la mirada por un instante, con vergüenza.

─¡N-no!, todo lo contrario. Te ves muy hermosa, _____... Muy, muy hermosa... ─. Confiesa, agitando sus manos por delante de su torso, para luego tranquilizarse, sintiéndose nuevamente hipnotizado por los ojos, el rostro, y los labios de _____.

─Gracias. T-tú también te ves guapo... ─. Contesta ella, bajando el volumen de su voz en el intertanto, pues la vergüenza aún puede consigo.

Sin embargo, Kalem interrumpe en el momento exacto en el que se comienza a formar un silencio incómodo, regresando a ambos adultos el ánimo, y creando una escena adorable─. ¡Papá!─. Pues el niño corrió hacia su padre a penas le vio, y luego de dar un pequeño salto al mismo tiempo en el que elevaba sus brazos, Dazai le agarró de la cintura y lo elevó hasta apegarlo a su pecho.

─¡Hola hijo!─.

(...)

En el interior del restaurante, de entre cuarenta mesas nada más catorce de ellas estaban siendo ocupadas por otra clientela, así que, y con libertad gracias al espacio disponible, Kalem fue el que eligió dónde se sentarían, y un mesero les acompañó mientras llevaba entre sus manos un adaptador para que el niño se pudiera sentar y, por tanto, alcanzar la mesa.

─¡Aquí!─. Anunció el niño, apuntando hacia una de las sillas que rodeaban a cierto mueble marrón oscuro. Luego de poner el adaptador, y esperando paciente mientras la madre sentaba al niño, el mesero sacó del bolsillo de su delantal dos crayones de diferente color, y mientras sonreía al pequeño, le dijo algo─. Puedes pintar tu individual con estos lapicitos─.

─Gracias─. Contestó el menor. _____, que le miraba con regocijo, demoró en recordar que aún no se había sentado, pero para cuando reaccionó y dio media vuelta hacia el asiento más cerca de su hijo, se llevó una sorpresa que volvió a teñir a sus mejillas de rojo; Dazai había deslizado hacia atrás a su asiento, en la espera de que ella se sentase en este, para luego volver a acomodarlo cerca de la mesa e aquel individual de color blanco.

─Gracias─. Susurró ella, volviendo a ver en dirección del padre de su hijo, mientras una sonrisa suave hacía acto de presencia en su rostro.

─No hay de qué...─. Murmuró el castaño, cada vez más perdido en el mirar de la menor. Ahí, y sin notar la escena pues charlaba con el niño, el mesero de cabellera rubia volvió en sí y extendió dos trozos de cartón en dirección de los adultos, dejando cada uno en los individuales correspondientes, para luego añadir algo.

─Aquí está la carta. El menú infantil está escrito en la parte de atrás, y para beber sólo ofrecemos los jugos naturales escritos al final del cartón─. Ahí, hace una pausa, y ____ agarra, el menú para comenzar a leer del mismo─. Bueno, regresaré en un rato a tomar su orden, que tengan una linda velada─.

─Gracias─. Contesta el mayor, viendo de reojo como el chico se aleja a pasos lentos.

×🍭×👶🏻×🍭×

No yo publicando un dibujo mal hecho de Osamu y Kalem para compensar mi inactividad ;D

No yo publicando un dibujo mal hecho de Osamu y Kalem para compensar mi inactividad ;D

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Missing [Dazai y tú] COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora