Narra _____
Querido Oda...
─Preferiría no dar detalles respecto a mi pasado─. Le contesto a un volumen suave, pero firme, a la mujer que tengo sentada frente a mí. Y cuando ella inclina la cabeza hacia un costado, acomodándose en su lugar al unísono en el que me mira con detenimiento, entrelazo mis dedos por debajo de la mesa, y dejo a mis manos temblorosas reposar sobre mis rodillas, por encima de la tela delgada que conforma a mi vestido.
Ya se cumplieron tres años desde que te perdí, y como en el aniversario anterior, te escribo una carta.
Aunque mantengo la cabeza baja le veo por el contorno de mis ojos, e intento prestar atención a cada uno de sus gestos en la espera de que ella diga o haga algo para desaparecer este silencio incómodo que yo misma logré formar. Sin embargo, por unos instantes se limita a verme atentamente, dándome la sensación de que me analiza sin la intención de disimularlo.
Mantengo la esperanza de que mis palabras crucen el cielo y lleguen al paraíso en el que estás, en el que mereces estar...
Sin embargo, dado a mis nervios puedo oír a mi propia respiración, y mi pecho se eleva y se hunde de manera notoria. Además de que mis mejillas arden con fuerza, por un segundo, no tengo ni idea de qué mierda decir.
En fin, resumiendo todo lo que ha ocurrido desde la última carta... Mi hijo y yo estamos muy bien, es un niño feliz, y tenemos una vida tranquila.
─¿Por qué no?...─. Pregunta ella, en un tono más amable que el que usé yo unos segundos atrás. Pero, inmediatamente después de escucharle decirme aquello, maldigo a Sahori en el interior de mi cabeza por haberme convencido de venir a este lugar, y suspiro con pesadez;
Sin embargo, hace un par de días Kalem me preguntó algo que me erizó la piel, y me provocó ganas inmediatas de ponerme a llorar.
─No me enorgullece...─. Resumo, cerrando la mano derecha por debajo de la mesa, y apretando mi puño hasta que las uñas se me marcan en la palma. Mas, luego de unos segundos de pensarlo, y rendida, pues tampoco me queda de otra, abro la boca, y comienzo a contarle el porqué vine aquí, a un volumen bajo;─ Estaba dándole de comer...─. Mi cuerpo tiembla─. A Kalem, mi hijo─. Y me detengo a decir lo último con acelero, pues no había especificado en mi frase anterior─. A-acabábamos de volver del jardín de inf-fa-n... Infantes─. Mas, cuando la última pausa se convierte en otro silencio incómodo, y comienzo a sentir como mi garganta se anuda hasta el punto de no poder soltar ninguna otra palabra, golpeteo el piso con la punta de mi zapato, nerviosa, y espero a que ella haga su trabajo, logrando hacerme sentir cómoda incluso en una situación como esta.
─¿Y...?─. Cuestiona la mujer, intrigada. Su cabellera ondulada roza el borde de sus hombros, y sus mechas pegan un salto al unisono en el que ella levanta su brazo, para agarrar su taza por el mango de la misma, y beber del té verde que tiene en su interior.
Pero... Cuando unos segundos vuelven a pasar y le veo alzar una ceja en la espera de una respuesta coherente de mi parte, trago saliva y, poco después de haber desviado la mirada, intento volver a contarle cierta historia;
─Él me preguntó...─. Modulo las palabras con claridad e, inconscientemente, alzo el volumen de mi voz, asegurándome de no tener que repetir lo que pronto saldrá de mi boca─. “Qué era un papá”...─. Y ahí, al momento en el que admito lo último, alzo la cabeza y le observo directamente a los ojos, con ambas cejas fruncidas en señal de angustia.
Qué era un papá...
Mi corazón frena de golpe en el interior de mi pecho, y tengo la sensación de que mi espalda se tensa.
Oda...
Voy decirle la verdad a Dazai... Le diré que tiene un hijo, y le diré por qué no se lo conté antes. Le diré todo, lo prometo.
Deséame suerte...
Con amor, de tu mejor amiga: _____.
×🍭×👶🏻×🍭×Aaah, ¡tenía tantas ganas de publicar esto!, ¿qué les pareció la introducción?😊
K a l e m;
(Básicamente igual al papá KDJDKD)
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Missing [Dazai y tú] COMPLETO
Fanfic[a d v e r t e n c i a; Sexo, humor negro]. ❝ Mi vida ya tenía un proposito para ese entonces, pero yo no me había enterado de ello. Varios años después, luego de que una amiga de la infancia se presentara repentinamente ante mí, lo supe. Kalem, mi...