40; Cita

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⚠️; Este capítulo es
únicamente Ranpo x Sahori

❝Tú mandas, bebé. Yo sólo
quiero ser tuyo...❞

Narra Autora

Sahori acababa de llegar a casa luego de lo que había parecido un largo día de trabajo. Así, después de cruzar el umbral de la puerta de entrada y cerrar la misma con llave, caminó hasta la sala en la que pudo oír se encontraba Kalem y le saludó con la sonrisa más amplia que, debido al cansancio, pudo fingir.

Mas, justo después de que él corriera hacia ella, le abrazara, y la joven le acariciara suavemente la cabeza, se dispuso a dar media vuelta, directo al único cuarto del lugar que había tenido en mente desde hace ya media hora: La cocina.

Gracias al sol de ese día, su ropa estaba algo sudada, sus mejillas calientes, y sus párpados pesaban cada vez más. Así que, como la más rápida solución que se le pudo ocurrir, agarró el primer vaso que encontró en el mueble y le llenó de agua.

Pero entonces, al momento en el que recuperaba la energía y el agua del vaso desaparecía cada vez un poco más, logró oír como su teléfono vibraba, y no tardó demasiado en sacarlo del bolsillo de su bolso para ver así qué ocurría.

Cuando encendió la pantalla, la única notificación que había era un mensaje de cierta persona.

«Núm. Desconocido: ¡Hola!, bueno... Soy Ranpo, el chico que le dio un caramelo a Kalem el otro día, ¿me recuerdas?» La sorpresa en su rostro fue totalmente obvia, sin embargo no tardó demasiado tiempo en recordar esa cara.

«¡Sí, sí te recuerdo!. ¿Qué tal?»
Y al otro lado de la pantalla, lo primero que Ranpo dejó ver fue una sonrisa.

«Ranpo: Bien, ¿y tú?». Pregunta él, intentando ampliar la conversación con que sea un poco más. Ante la emoción, Sahori muerde el costado de su labio interior, quitando parte de su brillo labial color fucsia.

«¡Bien!». Contesta, sin saber qué más decir pero con la esperanza de que el chico continúe su habla.

«Ranpo: Voy a ser directo...» Comienza, ruborizandose ante cada letra que aparece en la pantalla, tal que la chica mira con duda. «Quiero conocerte... ¿Te parece bien?». Ahí, la forma en al que lo pide es tan tímida y dudosa que, y sin pensarlo demasiado, la muchacha se deja llevar, y contesta:

«¡Claro!, ¿este viernes estás libre?» Parece tranquila, pero es culpa de la poca energía que le queda luego de caminar tantas cuadras y trabajar casi todo el día. En su cabeza, salta realmente emocionada.

«Ranpo: ¿En serio?. ¡Sí!. Pero trabajo hasta las cinco, ¿no importa?». Nuevamente, los nervios invaden a Edogawa, pero Sahori no le da importancia y contesta;

«No, no te preocupes. Puedo esperarte en la cafetería del primer piso sí te acomoda más así». Luego de esas palabras, el tiempo se transforma en una eternidad, pero realmente Ranpo no dura mucho más que 10 segundos en contestar aquella oferta.

«Ranpo: ¡Que bien!». Mas aún, justo ahí una pregunta golpea la mente de la chica, y ella no puede evitar continuar.

«Pero, ¿a dónde iríamos?».

Siendo Ranpo, él ya tenía la idea clara de lo que harían, pero se limitó a escribir: «Mm... ¡Que sea sorpresa!» mientras una suave sonrisa decoraba su cara.

«¡De acuerdo!😄». Contesta la otra, tan curiosa como emocionada por la idea.

Así es como lo que resta de la semana surge, ante Sahori, con total normalidad, ansiosa porque sea viernes y pueda ver otra vez a aquel chico a la cara. Intenta no hacerse expectativas, después de todo sólo han hablado por chat, además de aquella única vez en persona, así que no sabe qué esperar, ni qué sentirá cuando lo haga. Finalmente, cuando el día llega, se mete al baño de su trabajo y cambia su ropa dentro de uno de los cubículos, metiendo el uniforme a su bolso para luego ser envuelta por linda y suave ropa de verano, con un abrigo encima, por sí las dudas.

El autobus al que sube rato después no tarda más de media hora en llegar al paradero más cercano a A.D.A, así que, y sin necesidad de revisar la hora pues había usado su teléfono todo el trayecto, baja, arregla su falda, guarda el celular, y cruza la puerta de cristal que da con la cafetería.

Una chica de uniforme y cabellera negra le saluda a penas oye la campanilla, y ella devuelve el gesto moviendo delicadamente la cabeza de arriba a abajo mientras le sonríe de manera amplia.

─¿Que le puedo servir?─. Pregunta la otra, acercándose a la muchacha luego de haber cruzado la barra, para poder así atenderla.

─No, nada, gracias. Estoy esperando a alguien─. Contesta, parada en medio del lugar y mirando a la empleada con una enorme sonrisa, siempre era así de animada, pero la emoción le sumaba incluso más alegría que la usual.

"17:01PM" eran cuando la campanilla de la puerta volvió a sonar, y un pelinegro cruzó el umbral paseando por un instante a su mirada. Su corazón se detuvo cuando vio a la chica conversando tan animadamente con la mesera, y sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso al notar lo guapa y dulce que se encontraba.

Se lucía, parecía brillar, como sí desprendiera belleza dónde fuera o con lo que usara. Ahí, los ojos verdes de Ranpo se enfocaron en ella: No había manera de cubrir lo que le pasaba cuando la veía, su pecho saltaba, su respiración se aceleraba, y mantenía una sonrisa boba. Sahori era increíblemente guapa y, sin duda, había algo en su voz y en su risa que hacía a sus piernas temblar.

Ahí supo que, sí pudiera, le habría besado justo en medio de la cafetería.

Pero entonces, al momento en el que la chica volteó a ver a quién pertenecía la mirada que sentía encima suya, toda la confianza que Ranpo había construido durante el día se terminó de desmoronar, y aunque él fue el primero en abrir la boca, no pudo decir nada.

He inclusive así, lo que recibió a cambio no fue ni más ni menos que otra bella sonrisa.

He inclusive así, lo que recibió a cambio no fue ni más ni menos que otra bella sonrisa

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Me encantó escribir esta parte TuT, van a ser una pareja tan lindaaa.

Missing [Dazai y tú] COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora