17; Dazai

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❝ Desearía que alguien me hubiera dicho; Sí quieres amor...❞

NARRA DAZAI

Mi vida ha sido así por tanto tiempo que ya todo parece fluir mecánicamente, doy todo en el trabajo, siempre fui lo mejor de lo mejor, no hubo una sola vez en la que no consiguiera que alguien hablase, que dijesen todo lo que quería saber. Pensaba que ellos, mis enemigos, sí oían mi voz, que ellos eran mi motivo para seguir aquí, porque aunque mi vida fuera del trabajo no valiera nada, cuando me encargaba de nuestros enemigos lo era todo, era temerario, respetado, admirable... Pero, aún así, ello no era suficiente.

No hubo nada que me haya demostrado el verdadero sentido de estar aquí, de pie, nada que me haya dicho "tú estás vivo por una razón". Y, pocos días antes de mi cumpleaños número dieciocho, que era una fecha supuestamente importante, este vacío en el interior de mi pecho se había intensificado.

Sentado en el sofa de mi sala, meditaba en busca de una sola cosa que me hiciera sentir vivo, una cosa que realmente disfrutara y no hiciera sólo para mantener algún status que me brindara superioridad e importancia ante los ojos del resto.

Entonces, algo, o más bien alguien, llegó a mi mente, y aunque me mantuve confuso por un segundo, la mera necesidad del contacto humano me hizo aferrarme al teléfono y escribir un mensaje que me sorprendió por el solo hecho de haber mandado, no por su contenido, sino por quién iba a recibirle;

_____.

Sin embargo, una lágrima rebelde cayó de mi ojo derecho cuando no recibí respuesta inmediata a mi pregunta a pesar de haber sido esta ya leída. Pero, lamentablemente, ya era normal que llorase más o menos a esta hora, después de llegar a casa y luego de un largo día de trabajo. Podría decirse que este era mi pan de cada día, mi panorama desde hace años, mi mundo...

Mas, mi desesperación me obligó a escribirle de nuevo, cosa que no era propia de mí pero aún así mi orgullo no era lo suficientemente alto como para dejar el celular y permanecer ahí, solo, en busca de una razón para vivir que no parecía existir en esos momentos.

Así que, me limité a poner tres signos de interrogación para luego presionar el botón de enviado y lanzar el teléfono, entrelazando los dedos de mis manos de manera nerviosa aunque mi cara tuviera una expresión frustrada, pues no podía evitar pensar en el rotundo no que recibiría.

Sin embargo, cuando el aparato vibró no logré evitar agarrarlo casi de inmediato, observando a la pantalla con ambos ojos abiertos de par en par al unísono en el que esta se encendía y una palabra se dejaba ver entre las notificaciones.

«Ven»

Ahí, con aquel mensaje tan corto y preciso, tuve la sensación extraña de que mi corazón se aceleraba y se detenía al unísono, al mismo tiempo en el que por mi espalda cruzaba un escalofrío que me hizo estremecer de la emoción. Mas aún, a pesar de esa mezcla de emociones tan... Bella, mi rostro se limitó a sonreír con delicadeza mientras mis ojos brillaban releyendo el mensaje una y otra vez, hasta por fin dejar el celular en mi bolsillo y, luego de agarrar todo lo necesario, salir de mi departamento en dirección del suyo.

Entonces, me encontré frente al lugar indicado en un tiempo que pasó desapercibido, pues estaba tan apresurado por llegar junto a ella que no me di cuenta de a dónde iba hasta que estaba ya en la puerta de su casa. Y cuando pegué cinco suaves golpes a la madera con la esperanza de que ella hubiera estado atenta a mi llegada, ____ abrió para poco después retroceder un paso, dándome el espacio suficiente para cruzar y cerrar la puerta por mí mismo.

Así, y a mi parecer, el tiempo se volvió a detener cuando nuestros ojos se encontraron, dándome la sensación de que no sólo éramos similares en cuestiones laborales, sino que nuestro malestar, por lo menos en ese instante, era el mismo.

Por un momento, ninguno habló, y a plena vista ni siquiera parecía que estuviéramos respirando, como sí el silencio dentro de aquel cuarto fuera tal que no quisiesemos arruinar ello.

Aún así, sin aguantar más tiempo me abalance sobre ella y, agarrando ambos costados de su rostro, junté nuestros labios en un movimiento notoriamente necesitado. El vello en mis brazos se erizó cuando sus manos tocaron tímidamente mis caderas, para luego sacarme de un tirón la chaqueta que rodeaba mi cuerpo.

Y así fue como esa noche su piel se convirtió en mi consuelo.

Pero no fue más que tiempo después cuando realmente me di cuenta de que cuando nos besabamos, su tacto, su roce y sus caricias eran mi motivo para continuar vivo, que cuando entraba en ella y gritaba mi nombre, cuando pedía más y más de mí, y cuando me lo regresaba con caricias que ninguna chica me había dado antes, ella podía haber sido mi razón de ser.

Aunque no lo sabía, fue la primera con la que me acosté, y la única con la que sentí la necesidad de estar. Porque, Dios... Me volvía loco su forma de dirigirme la palabra, tan sarcástica y tan necesitada a llevarme la contraria siempre, como sí odiase estar de acuerdo conmigo. Me encantaba su sarcasmo que, y luego de un par de bromas, se convertía en una risa disimulada o un rubor totalmente avergonzado. O su manera tan superior de comportarse contra mí que, y cuando estaba desnuda debajo de mi cuerpo, se transformaba en una joven sumisa con la tremenda necesidad de ser dominada por mí, solo por mí...

Cuando se retorcía por el placer que yo le provocaba, por su sonrisa traviesa cuando amarraba sus muñecas a los metales de la cabecera de mi cama, cuando se acurrucaba a mí lado y caía dormida casi al segundo.

La intimidad que tuvimos fue nuestra propia manera de decir los sentimientos desconocidos que teníamos por el otro, la forma extraña y desentendida en la que éramos capaces de amarnos, ser nosotros sin miedo a que el contrario pensase algo negativo, que nos acusase a estar locos, o desquiciados. Porque nos conocíamos, nuestras vidas y nuestros errores, ambos sabíamos qué tantas cosas horribles habíamos hecho, y éramos tan iguales sin saberlo, que ello nunca nos importó del todo.

Me volvía loco de tantas maneras que yo... No podía evitar mirarla cuando hablaba con otro chico, o acercarme a ella en busca de más contacto, pero aquello fue algo que no fui capaz de entender hasta que nuestros caminos estuvieron a años de volver a cruzarse.

×🍭×👶🏻×🍭×

Okay... Wow. Lo leí en voz alta y me sorprendió mucho cómo quedó el capítulo. La mayoría del tiempo me cuesta meterme totalmente en la cabeza de Dazai, pero creo que esta vez sí lo he logrado. ¿Ustedes qué piensan?, ¿les gustó?.

Missing [Dazai y tú] COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora