8; Amigos

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❝ Nunca planeé que algún
día te perdería... ❞.

Narra Autora

─Me encanta tu casa...─. Comenta _____, estirándose de espaldas sobre el colchón en el cuarto del de cabello café burdeo.

─Creeme, ya me di cuenta─. Resume él, con cierto tono sarcástico, para luego levantarse de la cama después de darse un impulso, poniendo pausa a la película en la televisión habiendo presionado el botón negro del control remoto.

─¡Eh!, ¡¿que intentas decir con eso?!─. Contesta ella, fingiendo indignación.

─Comienzo a tener la sensación de que te la pasas más aquí que en tu propio departamento─. Resume, sonriente, pues está bromeando.

Y ____ devuelve el gesto con egocentrismo justo antes de decir lo siguiente; ─Oh, por favor...─. Hace una pausa y, usando su mano derecha, tira de su cabello hasta dejar este detrás de su hombro─. Admite que te encanta mi compañía─. Entonces, el mayor amplia la forma en la que sonríe, desvía la mirada con diversión y da media vuelta hacia la puerta del cuarto, pensativo.

─¿Traigo algo de comer?─. Le pregunta, llevando su dedo a su mentón y manteniéndose callado por un segundo, en la espera de una respuesta.

Entonces, y con ojos brillantes en ilusión, _____ se mueve en su sitio hasta quedar de rodillas sobre la cama, y gira hacia él.

─Eres el mejor amigo del mundo, ¿ya te lo he dicho?─. Se le acerca deslizando sus rodillas por el colchón, y ya a pocos centímetros de su cuerpo, le abraza, dejando reposar a su cabeza sobre su torso y sintiendo al instante como Oda levanta su brazo, para poder así depositar su mano sobre su cabello, y acariciar este con lentitud.

Ambos sonríen.

Así, él finaliza el abrazo y camina fuera del cuarto para, unos momentos después, llegar a la cocina.

Sola en la habitación, ____ vuelve a acomodar su cuerpo, y deja a su espalda caer suavemente sobre la cabecera de la cama, apoyando el borde de su cabeza contra la pared a sus espaldas, y dejando escapar un suspiro.

...

─¡Oda!─. Llama, a sabiendas de que sí habla a ese volumen él podrá oírle aún estando en la cocina─. ¡¿Tienes pastillas?!, ¡me duele un poco la cabeza!─. Cuestiona, mirando en dirección de la puerta aunque aún así su perspectiva no de con la zona en la que el varón está.

─¡Están en el velador!─. Le avisa, a un volumen tan alto como el que ella usa.

─¡Vale!─. Y entonces, ____ se dispone a revisar la zona mencionada.

Así es como, en busca del medicamento pedido, abre la cajonera y comienza a mirar su interior con cuidado de no desordenar demasiado, sin embargo, justo después de haber sacado la cajita que necesitaba se encuentra con dos hojas unidas por engrapadora que llaman su atención casi de inmediato─.“El caballero de la noche roja”...─. Lee, en voz alta─. Entonces, la curiosidad puede con ella y les saca con suavidad, para luego levantar la primera hoja, comenzando a leer así lo que había debajo de esta─. Erase una vez...;─

(. . .)

─Woah, que bonito...─. Halaga, pues acaba de terminar de leer el cuento que no hasta hace más de cinco minutos había empezado.

Entonces, siente a alguien mover la puerta y, al alzar la mirada, se encuentra a Oda ya con una bandeja entre sus manos.

─Sigo pensando en el final─. Confiesa, apoyado en el umbral mientras observa a _____ de manera algo avergonzada.

Missing [Dazai y tú] COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora