30; A dormir

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❝Una cosa es lo que soy y
otra tan solo lo que muestro❞

Narra Autora

Llegada cierta hora del día, el timbre en casa de ____ resonó en el interior de aquel lugar, y Sahori trotó hacia la puerta, abriendo esta con una sonrisa ya dibujada en su rostro y retrocediendo un paso poco después de hablar.

─Hola─. Saluda, Dazai hace un movimiento con su cabeza para devolverle el gesto─. Pasa. Kalem está en su cuarto─. Entonces, y luego de sonreírle suavemente y asentir, Osamu cruza el umbral de la puerta, y camina directamente a la habitación de su hijo.

─¡Hola pequeño!─. Grita a penas abrir la puerta de su cuarto, Kalem voltea a verle casi de inmediato, le sonríe de manera amplia, y dado a que estaba de rodilla en la alfombra y con ambos codos sobre la cama, se levanta de un salto, y gira en su dirección.

─¡Papá!─. Contesta, sonriendo con amplitud. Alza ambos bracitos y corre hacia el muchacho. Al llegar a él, el castaño le levanta, y Kalem envuelve sus piernas en su torso para luego rodearle el cuello con ambos brazos.

─¿Estabas dibujando?─. Pregunta el mayor, mirando a los crayones esparcidos sobre la cama aún con el niño entre brazos. Kalem asiente con acelero.

─Es para ti─. Le dice.

Entonces, el de chaqueta beige se acerca al mueble a pasos lentos, y al sentarse en el colchón, a un costado de la hoja y con el pequeño encima de sus piernas, toma el dibujo y le observa con atención.

Las rayas eran algo confusas, y sin embargo seguía siendo un buen dibujo al considerar que fuera hecho por un niño de tan solo tres años. Mas, cuando Osamu entendió qué era, su corazón se estrujó en el interior de su pecho y se vio obligado a disimular una sensación nostálgica.

─Te quedó muy lindo pequeño, gracias─. Agradece, ya con una sonrisa sincera adornandole la cara.

Las líneas negras conformaban a tres personas tomadas de las manos, y los colores del cabello delataban su identidad; Él, el niño, y _____.

Pero, ahí es cuando, sin dar tiempo al menor para responder algo, la madre de Kalem se deja ver por debajo del umbral de la puerta, y haciéndose a un lado para dejarle suficiente espacio para pasar, dice lo siguiente.

─Kalem, ve a lavarte las manos─. Entonces, pocos instantes después de que el niño saliera corriendo en dirección del baño, con su pisito en manos pues por sí sólo no alcanzaba el grifo, hay un segundo en el que ambos adultos se quedan callados, en el mismo cuarto pero mirando a diferentes sitios.

─Hey, _____...─. Murmura Osamu, llamando la atención de la nombrada al unísono en el que este desliza sus manos por la hoja, como sí quisiese analizar a detalle aquel dibujo hecho por su hijo.

─Dime─. Murmura la nombrada, acercándosele unos pasos por mero instinto.

Dazai le mira de reojo.

─Quizá uno de estos días deberíamos salir los tres juntos... Ya sabes... Kalem, tú y yo─. Menciona, regresando sus ojos a la hoja que sostiene con delicadeza. ____ se sobresalta, pero él no parece notarlo.

─S-sí, es una buena idea...─. Susurra, pensativa─. Le haría realmente feliz...─. Pero, al decir lo último, ambos alzan la cabeza y se quedan viendo.

No es un silencio incómodo, y luego de unos segundos ni siquiera se han percatado de que se siguen mirando, para uno de ellos parece ser un deja-vu, por ese instante, la comodidad en la que se encuentran, la situación en la que están, les hace volver a las viejas sensaciones, y no, no me refiero a lo sexual, me refiero a esa emoción en la que eran parte del otro pero nunca lo decían a un volumen alto, tan cercanos y lejanos al mismo tiempo. Donde se amaban de maneras raras y muy poco comprendidas incluso por ellos.

Missing [Dazai y tú] COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora