17.1

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Era rasposo y baboso, se sentía cómodo con ello, pero aún así despertó, vio un par de ojos, uno azul y otro amarillo. Una nariz rosa y suave, y unos bigotes que le cosquilleaban. — Fiorella, deja al gato arrabalero — se quejó el mafioso.

Atsushi miró a sus lados, se había dormido sin notarlo, se sentó — ¿que pasó? — preguntó mirándolo

El mafioso llevaba unos lentes de lectura y un libro entre sus delgados dedos. Seguía sobre la mesa donde comieron

— te arrullaste con Rashomon, Dazai-san se fue

— de-debería irme

El gato blanco se posó en su pierna y maulló — oh... ¡oooh! Te recuerdo, tu eres la pequeña que rescato Akutagawa — mencionó cargando a la gatita y miró al mafioso — no sabía que te quedaste con ella

— no la toques a la ligera, es una princesa

Atsushi evitó reír, bajo a la gatita — bien, que lindo verte Fiorella, pero me debo ir — mencionó.

Se levantó

Akutagawa tomó su muñeca y el albino lo miró — Jinko, ponte en cuatro

— ¿eh?


Y pues allí estaban los cuatro tirados en el piso de la sala — Jinko, hazlo

— te estoy diciendo que lo intento — se quejó — de saber que querías esto desde el principio lo hubiera practicado

— ¿como practicas algo así?

— pude usar algo suave

— patrañas, déjame ayudarte

— n-no, no me toques, yo puedo

— apresúrate, no tengo paciencia para que estes cómodo

— si no estoy cómodo no podrás sentirlo

— solo apúrate

...
Continuará...

¡Gracias por leer!

Rashomon ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora