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Akutagawa jugaba con una pelota y Rashomon. Lanzaba la pelota y Rashomon iba por ella. Era un pequeño rato de juego, cuando su teléfono sonó, contesto pero al ver que era su hermana puso el altavoz — Estás jugando con Rashomon, ¿verdad?

— si. Estamos aburridos

— El jefe dijo que reposaras esas heridas

— Ya lo sé

— ¿Ya llegó tu esposa?

— ¿perdón?

— el agente

— Gin. ¿Por que te refieres a el así?

— Pareces gustar de él

Akutagawa soltó una gran carcajada ante la propuesta de su hermana

Gin se encontraba molesta

— si no te gusta bésalo

— no quiero besarlo

— entonces te gusta y tienes miedo

— yo no le temo a Jinko, ni a los sentimientos. Lo besare

— ok

— ok

El silencio fue mutuo — ¿vas a venir a comer?

— no

Justo Rashomon corrió a la puerta, Atsushi llevaba con el pan — estoy en casa — lo miró — oh. Estas despierto

— si, no dormí mucho

Atsushi se quitaba sus botas con ayuda de Rashomon — bien, dejó esto, me lavo y te hago la sopa

— claro, Gracias

Atsushi dejó la bolsa con pan en la barra. Sacó los higos y los espárragos para lavarlos. Akutagawa ponía atención a lo que hacía. Limpiaba muy bien los higos, con sumo cuidado. Lo dejaba a escurrir lo que quedaba de agua y puso los espárragos en agua. Encendió la estufa y el azabache solo suspiró — ¿pasa algo? ¿Tienes sueño?

Akutagawa reaccionó — ¿eh? Ah. No, no. Un poco cansado.

— ahorita preparo tu te. — mencionó poniendo en agua a hervir.

Akutagawa simplemente seguía viéndolo. Rashomon salió a mirarlo. Movió ligeramente su hombro — ¿Que? — Rashomon miró a Atsushi y luego formo un corazón — ¿Que? No. Cálmate

Se dio media vuelta mirando el televisor. Rashomon fue con Atsushi mientras movía el agua para la sopa, besó su mejilla sorprendiendo al menor — Que lindo Rashomon. ¿También cuidas de Akutagawa? — Rashomon asintió — hay que cuidarlo ¿verdad? — Rashomon asintió y volvió a besar a Atsushi haciéndolo reír.

Akutagawa por su lado se sentía avergonzado, sabía lo que Rashomon hacía pero tampoco quería detenerlo.

Atsushi llegó unos minutos después hasta la sala y dejó el té del azabache en la mesa de centro — acaba de hervir. Bebe con precaución

— mmh

Volvió a la cocina y nuevamente se asomó a verlo, se mantuvo quieto y vigilante igual a un cocodrilo analizando su presa.

Más tarde estuvo la sopa lista. Akutagawa había puesto la mesa y acomodado todo. Atsushi se sentó alegre y juntos disfrutaron de la comida

Cuando terminaron, fue Akutagawa quien limpió y acomodó todo mientras Atsushi estaba recostado boca abajo en el mueble — ¡comí muchisisisimo! — decía alegre y quejumbroso.

Rashomon ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora