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Rashomon notaba algo raro, su querido gatito y su portador no habían avanzado nada, apoyaba la iniciativa de su portador pero parecía que ya no le importaba, así que la habilidad decidió actuar.

Hizo lo que mejor sabe no hacer "el desayuno"

Puso hilos a la tela, y comenzó con su gran labor, primero, puso arroz en la arrocera, demasiado arroz

Después, dejó los huevos sobre el sartén, y fue por algo de avena, así continuó solo en la cocina.

Atsushi por su parte, estaba en el futón al lado de la cama del mafioso. Escuchó un ruido y se levantó, miró a Akutagawa durmiendo y lo primero que pensó es que podría ser alguien buscándolo.

Subió a la cama para mover al mafioso — Akutagawa, hey, despierta Akutagawa

— ¿mmm? — lo miró aún medio dormido — ¿Jinko?

— despierta — pidió

Akutagawa pudo ver el rostro del albino y a su alrededor una luz dorada que lo iluminaba, realmente era una lampara pero para Akutagawa aquello era un llamado de romance.

Akutagawa lo abrazó pegándolo como una almohada y sorprendiendo al menor — A-Akutagawa

— Eres suavecito

Atsushi se puso completamente rojo — A-Akutagawa

El azabache solo lo apretó un poco más — Quiero estar así siempre, abrazándote tan dulce y suave como algodón de azúcar — Atsushi lo vio.

— Sigue dormido, cree que soy un dulce — pensó intentando no reír

Atsushi se dejó caer para ser más abrazado, de todos modos, el solo pensó que sería divertido.

Rashomon abrió la puerta para llamarlos, al verlos, se emocionó tanto que sonó fuerte su sonaja. Akutagawa despertó por completo y miró al albino frente a frente.

Su rostro era completamente rojo.

...
Los sueños de Akutagawa son algo raritos

¡Gracias por leer!

Rashomon ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora