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Diciembre, época de frío en Yokohama y contaste tos para Akutagawa. Ya llevaba puesta una bufanda larga y roja, se veía vieja y desgastada — Jiiiiiinkoooooo

— ¿Que? — preguntó el albino saliendo debajo de una colcha en el sillón

— Vamos a la plaza

— ¿A que?

— necesito cosas

— Noooo — se quejó volviéndose a tapar

Rashomon lo sacó rápidamente y el albino los miró — bien, vamos

Caminaban por la plaza, el azabache lo miró — Jinko, quiero café, y hay promociones, te daré el otro

— ¿promo? No, no tienes que, puedes dárselo a alguien más

— Ya te dije que a ti

— ah, s-si

Atsushi esperaba mientras el azabache pedía el café para llevar, en cuanto lo volteó a ver, Atsushi estaba con un niño pequeño, estaba en cuclillas y le sonrio, se quito sus guantes para el frío y se los dio, El Niño se fue corriendo con una gran sonrisa. — ¿Que hiciste?

— oh. Na-nada. Realmente nada, solo un poco de dinero que tenía en el bolsillo; y mencionó a su hermana, les di mis guantes, no puedo hacer mucho más.

Akutagawa le dio su café — sostenlo con cuidado, te mantendrá caliente

— Gracias

Se detuvieron en el comedor de la plaza, Atsushi disfrutaba de su café con chocolates que el azabache compró. En excusa del que buscaban. El mafioso se acercó — Hey Jinko

— ¿mmm?

— estoy curioso, y aburrido ¿que te gusta?

— veamos... caramelos, café, dulces, me gusta el arroz, los camaleones, flores

— me gusta el arte, las flores van bien con el arte

Atsushi se sorprendió y le sonrió — ¿Que tipo de arte?

El azabache sonrió confiado. Continuó con la conversación.

Cuando terminaron de comer,. Atsushi estaba cómodo al lado del mayor, ya los días eran más sencillos y Atsushi no tuvo pena en pedirle la tarjeta al mafiosi. Así que fue el albino el que fue a revisar una tienda. Akutagawa pudo ver a los niños a los que Atsushi ayudó. Eran de la calle.

Aquello le trajo recuerdos, una nevada casi muere, de no ser por aquella bufanda que llevaba, hubieran muerto.

Atsushi llegó a su lado y le sonrió. — a veces es triste verlos así, pero no me atrevo a decirles que vayan a un orfanato

— Hiciste bien, si no fuese por que una vez a mi hermana le dieron esta bufanda, hubiese muerto ese día con ella

Atsushi le sonrió cálidamente

— ¿continuamos?

— Akutagawa

— ¿Si?

— eres una sorpresa preciosa

El azabache se sonrojó.

...

Es algo así como un especial, pero no, no es especial, decidí seguir los capítulos con un poco de las fechas... esperen el resto del capítulo

¡Gracias por leer!

Rashomon ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora