19.2

1.5K 281 32
                                    



Akutagawa había esperado de todo, de todo excepto lo que veía.

Había tenido que ir a una misión todo el día, le dejó dinero y todo para preparar el picnic, al final, Atsushi le mando las coordenadas de donde estaría; y eso fue su mayor dolor.

Había una sábana de cuadros rojos extendida, cojines, platos, canastas con comida, una hielera, los ancianos Yukishina, Kyouka, y Dazai. — Akutagawa-kun, ya era hora de que llegaras — decía Dazai

— ah... si — le sonrió y se sentó al lado de Atsushi. El albino le sirvió un plato con fruta cortada

— primero come esto

— gracias

— Mi pequeño Niño, has hecho un gran trabajito — decía la señora Yukishina — pequeña Kyouka, ¿quieres más galletas?

— si por favor

Akutagawa estaba incómodo, el imagino cosas diferentes. No había notado a Atsushi quien sirvió en un vaso de termo algo de té — Akutagawa

— ¿eh?

Atsushi sonrió dándole el té, el azabache se sonrojó. El castaño sonrió — ¡Chuuya! ¡Chuuyitaaaa! Por aquí

— oh, ya los encontré — dijo Chuuya

— ¡Dazai! — grito Kunikida por otro lado — saliste corriendo tras Atsushi

— Kunikida-kuuuun solo quería ayudar

Atsushi sonrió. Akutagawa lo entendió.

Ambas organizaciones disfrutaban del picnic, los señores Yukishina regalaron a uno que otro, pero el señor Yukishina había terminado jugando shogi.

Los más pequeños de ambas organizaciones dormían sobre el pelaje de Byakko.

Rashomon cubría a los demás por el atardecer, todos reían, platicaban, y Akutagawa simplemente sonrió por que en ese momento, en todo ese paisaje; el único a su lado era Atsushi con un termo de té y fruta frente de ellos.

No podía pedir algo más.

...

¡Gracias por leer!

Rashomon ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora