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Un auto iba a toda velocidad por la carretera mientras dentro del auto, el mayor jalaba al menor por su chaleco — ¡TE DIGO QUE NO SALTES!

— Déjame aventarme Chuuya es una perfecta caída de acantilado desde un auto deportivo

— ¡TE ESTOY DICIENDO QUE NO! Si lo haces no sabré qué hacer con el chico tigre. Primero resuelve tu asunto con el y Akutagawa y luego yo mismo te lanzo

— de acuerdo, mal humorado — se quejó tomando su celular

— no empieces a jugar, tengo un problema

— Chuuya tengo un auto en este juego

— Escúchame imbecil, estoy preocupado

Dazai suspiró aún jugando — te escucho

— Suelo usar la gravedad en mi cuerpo, está acostumbrado. ¿Y si le destroce los órganos como a los enemigos? Es un pequeño

— Se regenera

— Sigues siendo el mismo imbecil que le da igual sus subordinados

— No, simplemente confió en ti

Chuuya se sonrojó y siguió conduciendo. — ¿a donde lo llevaremos?

— no muy lejos, ve a Japón con el. Yo le avisaré a Akutagawa, nunca dudará de mi

— ¿no vendrás con nosotros? ¿que le dire?

— tranquilo, yo le explico. A mi déjame en el próximo motel

— ¿veras a alguien?

— ¿te interesa?

— No, jamás

A unos kilómetros dejó a Dazai en un motel cercano, el castaño sacó su celular — Aaay Chuuya siempre tan lindo

— ¿Dazai-san?

— Ooooh Akutagawa


Por su lado, Chuuya seguía conduciendo — maldito Dazai, si se ve con alguien es tan... hijo de puta — se quejó.

(Mori desde su oficina estornudo)

Chuuya miró por los espejos al albino y suspiró — solo hago esto por mis amigos, así que espero que lo sepas apreciar chico tigre.

...

¡Gracias por leer!

Rashomon ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora