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Akutagawa estaba en casa y su hermana no dejaba de llamarlo, no quería contestar y menos oírla decir "Te lo dije". Prefirió salir, tomar aire, evitar la conversación a toca costa. Y para su buena fortuna, se encontró con Higuchi en pleno centro. — ¡Akutagawa-senpai! ¿Viene de compras?

— Si, algunas cosas

— pudo haberme llamado y yo hacerlo todo

— Me viene bien caminar

"Esto es excelente. Tiempo con Akutagawa-senpai"

Siguieron caminando, Higuchi iba de civil, y su hermana le había pedido algunas cosas que comprar.

Higuchi terminó sus compras pero claro, como buena subordinada estaba preparada para todo. Así que sonrió — Senpai ¿le gustaría un café y algún bocadillo?

Akutagawa veía a la panadería y miró a Higuchi — ¿Que? No, si... quizá, no

Higuchi no comprendió pero sabía que su grandioso senpai lo quería — espere, lo traeré — mencionó para salir corriendo

— no, Higuchi — se quejó pero la chica ya había entrado.

— buen día

— bienvenida — dijeron los señores Yukishina y Atsushi cuando la rubia lo vio, ambos se sorprendieron

— oh, el chico tigre ¿cómo estás?

Atsushi sonrió — muy bien, ¿que tal tu? ¿Que tipo de pan quieres?

— oh, bien — le sonrió — quiero algo suave y esponjoso; creo que eso le gustaría a Akutagawa-senpai con algo de te

— ¿A-Akutagawa?

— Si — respondió emocionada — es como una cita

— oh y — Akutagawa había entrado. — bien... Bienvenido

— Jinko — le llamó sorprendido — ¿porque sigues aquí?

— Ayudó a los señores hoy

— bueno, bueno. Atsushi ve a la cocina, trae esos bagettes y ten cuidado — hablo el señor Yukishina. Atsushi asintió y fue a la parte de atrás. El señor miró al mafioso — ¿Que van a llevar?

— No, nada

— claro que si — dijo Higuchi — quiero un pan dulce y esponjoso

— claro niña.

El señor los atendió y pronto se fueron, Akutagawa no paro de buscar al albino pero no tuvo éxito.

En la cocina, la señora Yukishina retenía a Atsushi — es que necesito que me ayudes en esto cariño

— solo llevaré el bagette que me pidió

— ya se fueron — dijo el señor entrando

Atsushi los miró a ambos — ¿Que pasa?

— Cariño, ¿esa persona te gusta?

Atsushi se sonrojó — No, no. Solo cuidamos a un niño; les dije... Ademas... — dijo decaído — el estaba en una cita...

— así que es esa persona — dijo el señor — Atsushi, nosotros te cuidaremos

El menor se sonrojó y les sonrió. Aún faltaba más.

...
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Rashomon ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora