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Chuuya había llegado a Japón con Atsushi dormido en la parte de atrás, decidió bajar en una tienda a comprar onigiris, cigarros y volvió a conducir.

Iba llegando a la torre de Tokyo cuando vio su señal, — llegaron muy rápido — miró al asiento. Atsushi seguía inconsciente — bien.

Akutagawa llegó rápidamente — Chuuya-san, Dazai-San dijo que estaba en gran peligro

— no, algo así — respondió Chuuya — estaba en mi misión y el chico tigre salió volando, creo que este herido y le avise a Dazai

— ¿Jinko? — se asomó al auto — ¿Porque no le dijo que saldría de la ciudad?

— Akutagawa ¿que me estás preguntando?

— aah...

— Chuuuuya, gracias por salvar a Atsushi-kun

— Solo fue servicio a la comunidad. Además trajiste a Akutagawa

— ¿me necesita?

— aprovechando el lugar quiero comprar unas cosas

Dazai subió al auto — oye qué haces imbecil

— aprovechar el aventon una vez más, vamos Chuuya, Akutagawa ve atrás y cuida de Atsushi-kun

— s-si

Akutagawa entró al auto, vio al albino recostado y lo acomodó, dejó su cabeza sobre sus piernas mientras los mayores adelante mordían sus labios para no sonreír

Chuuya no sabía si reír o llorar por qué Akutagawa era tan fácil de convencer.

Con esa idea en su mente arranco el auto y comenzaron a ir ahora con dirección a un lindo restaurante.

Rashomon estaba preocupado por Atsushi, uso sus hilos para examinar a Atsushi por debajo de su ropa, tocaba con sus hilos cada rincón de su cuerpo haciendo al menor comenzar a moverse y quejarse.

El hilo siguió invadiéndolo provocándole risas — ¿Akutagawa que le haces a Atsushi-kun?

— ¿yo? Nada, el solito se ríe

— ¡Aaah! ~

Si, todos escucharon eso, Chuuya freno de golpe y ambos adultos voltearon a ver. Akutagawa tenía sus manos arriba demostrando su inocencia.

Atsushi se estaba levantando. Tenía a Akutagawa de frente, la mirada de Atsushi era adormilada, tierna, y... seductora,

Akutagawa se sonrojó, Atsushi volvió a soltar otro gritillo.


...

¡Gracias por leer!

Rashomon ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora