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Atsushi terminó aquel día agitado física y mentalmente, desplomado en uno de los tapetes del templo con su cola y orejas de fuera

Los sacerdotes respiraban agotados por seguir al felino por todo el templo — bien, el recipiente del gran tigre por fin se calmo

— más bien se durmió.

— como sea, ahora que sabe lo que ocurre, debemos instruirlo en las artes del amor, si Byakko está feliz. La buena fortuna caerá en el mundo

— ¿y si no?

— El mundo se verá en tinieblas

El rubio y el castaño tragaron saliva

— bien chicos, ahora debemos averiguar quien es el amorío del chico. Debemos juntarlos

— ¡si!


...

Ahora a esta misión se unen los sacerdotes

¡Gracias por leer!

Rashomon ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora