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Yasha y Byakko no podían verse para nada, esto complicaba la estadía de Atsushi, y con su habilidad saliendo a su antojo, bueno, la agencia ya de había acostumbrado a verlo dormir en la sala de espera, lo malo era cuando llegaban clientes. Dazai pasaba casi todo su día con su mano sobre la cabeza del menor.

Atsushi lo miró — Gracias Dazai-san, la puede soltarme

— ¿seguro?

— Si, tengo una cita

— ¿con tu noviecito?

Atsushi se sonrojó — Si, iremos a comprar libros sexuales

Dazai se quedó en silencio

...

¡Gracias por leer!

Rashomon ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora