Capítulo 10: Doble Caza

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—¡¿Por qué?!—la furia en su voz ronca era intensa, volcó una mesa de madera con tanta fuerza que terminó destrozada en cuanto chocó contra una pared

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—¡¿Por qué?!—la furia en su voz ronca era intensa, volcó una mesa de madera con tanta fuerza que terminó destrozada en cuanto chocó contra una pared.

   Los cinco miembros de la Secta del Ángel Muerto estaban reunidos, todos se encontraban en una habitación, la cual tenía la parte de atrás completamente oscura para hablar de su situación.

—Cálmate... aún tenemos la ventaja—el líder, quien era el que tenía el sombrero, habló con seriedad. No estaba feliz bajo las circunstancias en las que se encontraba, pero tampoco había caído aún en la desesperación.

—¡¿Que me calme?!—el tono intimidante con el cual preguntó era de demencia—¡Ya descubrió cómo llegar aquí, y tú ¿Me dices que me calme?! ¡Debimos acabar con esto desde que llegó aquí! —discriminó con su característica voz.

—Y es lo que yo voy a hacer—habló otro de los cinco miembros, éste era el más bajo de todos, se quitó la túnica que le cubría: Tenía solo un pantalón y zapatos, estaba desnudo da la cintura hacia arriba, con su cara aún cubierta con aquella tétrica máscara. En todo su pecho y estómago sobresalían pequeñas púas de metal, las cuales se meneaban con cada movimiento que hacía, pero no parecía dolerle.

   El hombre de mediana estatura se acercó a un objeto enorme, era de dos metros y de gran proporción y estaba cubierto con una enorme frazada gris. Estiró sus brazos a los lados, su cuerpo empezó a temblar y las pequeñas espinas procedieron a salir de su cuerpo poco a poco, dejando un rastro de sangre en el lugar donde estaban mientras salían. Todas salieron por completo del sujeto, viéndose que cada una era de por lo menos quince centímetros. Aquellas pequeñas estacas salieron disparadas con fuerza, clavándose en aquella cosa que estaba cubierta con la sábana. Las pequeñas barras empezaron a romper la tela, penetrando lo que sea que ésta cubría, hasta que se incrustaron por completo. Tras un poco, la cosa que estaba detrás de la mortaja empezó a moverse, pero no sola, parecía estar imitando los movimientos del integrante de la Secta.

Niebla del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora