Capítulo 19: Coeficiente Intelectual, James Nelson

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—¡¿Por qué, por qué, por qué?!—James caminaba hacia aquella colina, se le notaba molesto, a la vez que seguía murmurando cosas, claramente fastidiado—¿Cómo fue que termine con un compañero así?—su mirada se postró en el cielo, cambiando su semblan...

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—¡¿Por qué, por qué, por qué?!—James caminaba hacia aquella colina, se le notaba molesto, a la vez que seguía murmurando cosas, claramente fastidiado—¿Cómo fue que termine con un compañero así?—su mirada se postró en el cielo, cambiando su semblante por uno nostálgico, mientras dibujaba una sonrisa en cada recuerdo del pasado que venía a su mente—¡Ah, sí! Ya me acordé.


Nueve años atrás.


   En una sala de espera de uno de los múltiples edificios de la organización M.I.C.P en el mundo, se hallaba una multitud de hombres y mujeres jóvenes que rondaban entre los dieciocho y veinticinco años de edad. Todos hablaban entre sí, los murmullos y comentarios no llegaban a entenderse por las numerosas voces que sonaban al mismo tiempo.

—Esto sí será complicado—decía uno de los tantos chicos presentes, traía el cabello corto castaño, más un atuendo casual—difícil, pero interesante—musitó arqueando una sonrisa desafiante.

   De una de las puertas del fondo salió un hombre que rondaba la mediana edad, su cabello negro ya empezando a cambiar a un tono grisáceo, con un traje que podría considerarse de gala y con una mirada que reflejaba autoridad, la cual intimidaría a cualquiera que lo mirara a los ojos.

—¡Muy bien, damas y caballeros!—exclamó un poco fuerte para que todos en la amplia sala pusieran atención—¡Mi nombre es Gill Proust, soy el actual jefe supremo y presidente de la organización Mesa de Investigación Científica de Protección, "M.I.C.P". Como ya saben, esta es la segunda apertura de ingreso para formar filas como agente. Entrar de por sí será en extremo complicado, los forzaremos al límite tanto física como mentalmente. Siempre buscamos los mejores hombres o mujeres, y de ser escogidos tengo que advertirles, por experiencia propia, que esta profesión no es de película. Una vez que sean agentes vivirán y verán cosas que solo estarían en una mente esquizofrénica. Por eso no cualquiera puede entrar, y hoy descubrirán si tienen los requisitos que esperamos—tal discurso, no inspiró a nadie, lo único que hizo fue intimidar a todos los presentes y más de uno terminó por tomar sus cosas y salir de allí con una expresión aterrada.

Niebla del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora