Capítulo 42: Oscuridad que Devora

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   Sabía que las cosas le estaban jugando en contra, había eliminado a tan solo tres de esos infernales soldados, todavía le quedan dos, pero ese era el menor de sus problemas, el sectario, aún lo está buscando, el escondite no lo mantendría a sal...

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   Sabía que las cosas le estaban jugando en contra, había eliminado a tan solo tres de esos infernales soldados, todavía le quedan dos, pero ese era el menor de sus problemas, el sectario, aún lo está buscando, el escondite no lo mantendría a salvo por siempre, pero no es que quería estarlo, pensaba y meditaba como un monje en una idea que lo sacara de ese aprieto, y no le prestaba atención a los gritos desesperados y furiosos de su enemigo.

   Aún llevaba consigo el rifle, no lo había utilizado, la M-16 la había perdido y se encontraba fuera de su alcance, tenía que recuperarla, pero para ello había que acabar con esta pelea.

   Desde donde se encontraba no podría apuntar con certeza y solo disponía de pocas balas.

   Luego de un rato abrió los ojos, miraba por su rabillo detrás del árbol cómo desesperadamente el sectario lo buscaba y en ese momento supo que tendría más tiempo del que pensó.

—De qué sirve el poder, si no tienes cerebro—le discriminó desde lejos.

   Por encima de su cabeza vio una lianas, al removerlas, para su fortuna, eran elásticas y si tomaba en cuenta la ubicación de su enemigo, tenía ya concretado qué sería lo que haría. 

   No era muy inteligente, pero no por eso iba a ser un estúpido, sabía que no podría entrar al bosque así sin más, su presa podría estar en cualquier lugar y si entraba, las posibilidades de su muerte aumentaban

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   No era muy inteligente, pero no por eso iba a ser un estúpido, sabía que no podría entrar al bosque así sin más, su presa podría estar en cualquier lugar y si entraba, las posibilidades de su muerte aumentaban.

Niebla del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora