Aquel que siente miedo no se convierte en cobarde, solo en humano, pero solo quien lo tenga y sigue a pesar de ello, va a ser el que sea digno de ser nombrado valiente.
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Ke...
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Ambos respiraban pasivamente, intentando liberar la tensión de sus cuerpos, miraron de nuevo fuera de aquella casa, el tumulto de seres con patas de araña seguía intentando desesperadamente abrir la puerta del frente, mas sus intentos eran inválidos por el tamaño que tenían sus patas, lo que no les permitían acertar golpes contundentes a la entrada. Puesto que la ventana por donde los agentes estaban observando la escena está cubierta por tablas ya deterioradas por la marca del tiempo, solo podían mirar por las aberturas que había entre una madera y otra, pero fácilmente podían derribarla con tan solo una patada.
—¿Listo?—preguntó Keyl.
—Listo, siempre—afirmó James con una sonrisa de convicción.
—Tal vez ese espectro no es de los que combaten, pero creo que es mejor que esto lo tengas tú—dijo Keyl, entregándole el cuchillo a su compañero. James se colocó el arma al costado de su cinturón y una vez estando ambos preparados, comenzaron con su operación.
—¡Bien! ¡Adelante!—Exclamó el agente castaño. Se colocó más allá de la habitación, justo al lado de otra ventana en el mismo estado que la otra. Le quitó el seguro al rifle y una vez que dio un último suspiro para relajarse, le hizo una seña a Keyl con la cabeza, indicándole que procediera.
Keyl hizo lo mismo, le quitó el seguro a la M-16, la colocó en automático y luego de pararse frente a la ventana: Golpeó levemente la madera con el arma, derribando una parte de ésta, sacando solo el cañón de la metralleta, apretando el gatillo, lanzando una ráfaga de balas justo donde estaban las criaturas de patas de araña, éstas se vieron desorientadas al recibir el ataque, incapaces de dar una respuesta por la repentina ofensiva en su contra.
Viendo la oportunidad de presentarse, James tomó impulso, saltando por la otra ventana. Derribó el bloqueo de madera con el cuerpo, cayendo rápidamente al suelo, fuera de la cabaña. Dio un giro en el suelo, evitando así un golpe crítico. Estando de nuevo de pie, corrió justo en donde estaban posicionados sus enemigos, vio que los seres con patas de araña estaban aún siendo embestidos por el ataque de Keyl. Fijó luego su atención en el espectro, quien se encontraba unos metros atrás, observando sin moverse cómo las criaturas estaban siendo arrolladas por aquella ráfaga de balas.