Capítulo 14: Medio Cuerpo

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   No se había dado cuenta, pero en cuanto cruzó la puerta, su espacio se vio reducido, Keyl estaba en otro pasillo, que de por sí, era algo estrecho, tenía múltiples objetos esparcidos por todo el lugar: Mesas, grandes barras de metal y muchos es...

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   No se había dado cuenta, pero en cuanto cruzó la puerta, su espacio se vio reducido, Keyl estaba en otro pasillo, que de por sí, era algo estrecho, tenía múltiples objetos esparcidos por todo el lugar: Mesas, grandes barras de metal y muchos escombros cubrían la mayor parte del camino. Escuchó algo metálico chocar contra el suelo con fuerza. Abrió los ojos de par en par, no pudo evitar que una gota de sudor resbalara desde un costado de su cabeza hasta su quijada. Al voltear, aquella mole había derribado la entrada y sin desperdiciar tiempo fue con furia a la caza del agente, con Defor controlándolo desde atrás. 

   Keyl sabía que no podría pelear en un sitio tan cerrado, empezó a correr por el pasillo lleno de obstáculos, esquivando con agilidad y destreza, con movimientos de Parkour en cada uno de los inconvenientes en el camino, los cuales en su mayoría eran grandes y pesados, mientras que la marioneta gigante de Defor, solo le costaba dar manotazos para que cualquier cosa se apartara de su camino, destruyéndolas en el proceso.

   En medio de sus saltos, vio el final del recorrido. Otra puerta de metal. Llegó a ella, pero al intentar abrirla, para su desgracia estaba cerrada.

—¡Maldita sea!—cada intento por forzar la entrada era en vano. Defor cada vez más se acercaba.

   El hombre de la Secta estaba a punto de alcanzar al agente, y éste, sin opciones, decidió hacerle frente a su enemigo: Tomo la M-16, le quitó el seguro y la puso en automático, esperando a que el rival se acercase.

   Calculando que estaba a una distancia aceptable: Keyl estaba por presionar el gatillo, pero antes de que lo hiciera, todas las cosas y escombros que estaban esparcidos por el lugar, por sí solos salieron disparados de su sitio con furia, impactando fuertemente contra el mastodonte de Defor, quedándose a su vez, pegados a la criatura, sometiéndolo e inmovilizándolo. El hombre de la Secta también tenía habilidad. Los escombros y cosas también lo atacaron, pero él los esquivaba. En cuanto la mole quedó por completo inmóvil, los escombros que sobraron empezaron a hacer una muralla entre Defor y Keyl, separándolos de momento, y en cuanto la pared terminó de levantase, todo quedó en calma por un momento, hasta que la corta quietud fuera interrumpida por el sonido de un profundo grito de rencor proveniente de Defor, después de esto, no se escuchó nada más.

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