Niebla del Infierno

Capítulo 5: Una Mano Muerta

   Bajo la montaña por donde se le indicó, encontrándose que en esa parte no había bosque, era un campo abierto, carente de vida, el cielo nublado aparentaba lluvia en cualquier momento, tierra árida donde debería haber césped. Un ambiente gris y deprimente, con una pesadez mental y emocional que muchos no podrían soportar.

—Por lo menos aquí no hay niebla—musitó Keyl antes de ver el objeto que le dio la anciana.

   La pulsera cumplía con su función, indicó una dirección haciendo que el agente siguiera con su misión.

—Según veo yo las cosas: Esas personas llevan a cabo estos sacrificios para hacer de alguna forma feliz a alguien o a algo, y ese ente es el que me tiene tanto a mí como a este sitio cautivo, y solo esa cosa es capaz de liberarnos—se dijo a sí mismo tras recorrer su camino.

   El objeto en su mano lo condujo a una da las pequeñas colinas del campus, vio desde la punta lo que era una granja, de un lado un terreno árido donde se podía cosechar y del otro extremo un gran maizal, aunque desde donde él se encontraba todo se veía seco.

   Miró en su muñeca y notó que el rombo apuntaba a la cabaña ubicada en medio de ese lugar. Confuso por donde el aparato lo estaba guiando, pensó en devolverse, pero sabía que eso sería una pérdida de tiempo, así que, con un poco de desconfianza, decidió hacerle caso.

   Al llegar al sitio lo primero que se encontró fue con el maizal, todas esas plantas estaban muertas, pero aún se mantenían de pie, median unos dos metros y medio y tomaban un promedio del veinticinco por ciento del territorio de la granja.