Capítulo 20 - Mario André

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MARIO

Tata se la ha pasado viendo vestidos sin parar, por fin escoge uno en color crema, también va por unos zapatos, hablándome de que a su edad lo mejor es usar calzado lo mas cómodo posible, finalmente estamos en la caja y pago por todas sus compras, me encanta complacer a mi abuela, salimos del mall y caminamos hacia mi auto para ir al restaurante que tanto le gusta "Cuisine".

—Mario ¿Cuándo es que vas a presentarme alguna novia? y no me refiero a esas mujeres despampanantes con las que sales en las fotos, esas tienen la cabeza hueca. Ya me dejaste claro que no eres gay, aunque lo pensé por varios años al no verte cercano con ninguna mujer, pensé que lo de Victoria te había tostado el cerebro. ¿Por qué aun no tienes pareja?

No se porque mi abuela al decirme eso lo primero que se me cruza por la cabeza es Alessa.

—Tu eres la única mujer en mi vida Tata.

—Tontearías, ya de verdad... me preocupa que te quedes solo toda la vida, aun eres joven pero a tu edad los hombres están de aquí para allá con mujeres todo el tiempo.

—¿O sea que quieres que te traiga novias diferentes todos los viernes Tata?

—No tampoco así hijo, nada de eso, tus padres te han criado muy bien, bueno mas bien tu padre y me siento orgullosa también al pensar que forme parte de tu crianza, porque tu madre, bueno, mejor dejemos ese tema en el pasado.

—No me he enamorado de nadie Tata, nadie que valga la pena y no se si esa mujer exista sinceramente.

—¿Sabes que la perfección no existe verdad? Ya deja de castigarte por la experiencia que viviste con tus padres, o con Victoria, tu madre engaño a tu papá, pues si, pero eso no significa que te suceda lo mismo a ti, además, míralos como están ahora, felices y comiendo perdices.

No le respondo a mi abuela ese comentario porque aun a mis veintiocho años ese tema me cabrea, no me llevo bien con mi madre y pocas veces al año piso la casa de mis padres por toda la porquería que me hicieron pasar durante mi niñez y parte de mi adolescencia.

En resumen, mi madre conoció a otro hombre cuando yo tenia doce años y Rafa ocho, gracias a eso tuvimos que presenciar las peleas de mis padres casi todas las noches hasta que una de esas noches mi madre decidió irse y dejarnos ahí solos, ni siquiera estaba mi padre en casa, yo mismo la vi marcharse con ese tipo y sin mirar atrás, tengo ese recuerdo grabado en mi memoria como un tatuaje. Ni siquiera se despidió de nosotros, ni nos dio una explicación, simplemente se fue y no le importo nada. Pero después de seis años separados ella vuelve como si nada y mi padre la perdona de la manera mas fácil, yo nunca la perdonare por eso, en cambio Rafa la recibió con los brazos abiertos.

Por fin hemos llegado al restaurante Cuisine, estoy cansado por no dormir bien anoche y muero de hambre. Reviso el celular varias veces mientras espero que traigan nuestras ordenes pero no me ha llegado ni un solo mensaje o llamada de Alessa, estaba por llamar a Eva cuando el mesero ha llegado con nuestros platos.

—¿Qué tanto revisas el celular?

—Nada Tata, solo estoy esperando la llamada de alguien.

Procedo mejor a guardar el dispositivo y me dispongo a comer, la comida esta deliciosa, este restaurante lleva setenta y cinco años en el mismo lugar y sigue tan popular como siempre, Tata y mi abuelo venían aquí desde jóvenes y por eso es su favorito, minutos mas tarde ya estoy dejando a Tata en casa de mis padres.

—Gracias Mario por venir nuevamente otro viernes, te lo agradezco querido nieto.— Me dice mientras me da un beso en la mejilla y me acaricia el hombro con sus manos arrugadas.

ANTES DE TODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora