Capítulo 22 - Mucho Más

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ALESSA

No puedo creer la vista que nos esta regalando en estos momentos ir en la avioneta, ya el sol esta mas afuera y puedo ver como los rayos iluminan el mar bajo nosotros. Pensé que seria una tortura pero Mario me ha dado la seguridad que necesitaba para hacer algo así, no puedo ocultar mi sonrisa por la emoción que siento en todo mi cuerpo, Mario me toca el hombro y me enseña por la ventana una isla a la cual estamos llegando.

—Esa es la isla.

Me dice con una sonrisa, es simplemente hermosa, desde arriba puedo notar el agua cristalina, la arena blanca y también una pista de aterrizaje que divide la isla en dos partes. Ya estamos aterrizando y me quiero bajar corriendo de la avioneta, pero no por miedo, si no porque ya quiero descubrir todo lo que hay en la isla, es simplemente mágica.

Edgardo esta abriendo la puerta de la avioneta y de la emoción salgo super rápido dejando atrás a Mario que me tendió su mano para ayudarme pero simplemente lo he ignorado. Al bajar ya puedo sentir el calor del sol sobre mi piel y el delicioso olor a playa.

—¿Estas segura que le tenias miedo a volar? No has dejado de sonreír todo el trayecto, ¿segura que no quieres volver a tu casa para terminar de sacar las cosas de tu ex novio niño bueno?

—Ya cállate.— Le digo a Mario con una sonrisa de lado a lado.

Por primera vez en mucho tiempo me siento feliz, feliz de estar en un lugar como este y feliz de poder disfrutarlo como es debido, Edgardo se acerca con nuestros equipajes y le doy un fuerte abrazo, al mismo tiempo en que le doy las gracias por quinta vez.

—Yo la traigo y tu eres el que recibe los abrazos Edgardo, ¿ves lo injusta que es la vida?— Le dice Mario con una carcajada.

—No te preocupes Mario, de seguro tu recibiras mucho mas que abrazos.— Edgardo le guiña un ojo a Mario y mi cara se ha puesto roja como un tomate.

Caminamos hacia la calle principal que esta a pocos metros de la pista, veo que Mario se acerca a una motocicleta de cuatro ruedas en color negro, tiene en una parte lateral el apellido "Di Tello" o sea que pertenece a Mario, después de colocarme el casco me subo atrás de él y lo agarro fuerte por la cintura.

—¿Quieres sacarme los órganos? Aun no hemos arrancado.

—Disculpa, es que nunca había subido a una de estas.

—Me alegra saber que soy el primero.

Me dice con un tono de picardía en su voz, pero que me pone mas nerviosa y no ayuda a tranquilizarme, tengo la adrenalina a mil pero también siento temor de morir en alguna de las diversiones de Mario ¿así es su vida siempre?

Lo aprieto mas fuerte cuando enciende la motocicleta y la pone en marcha, estamos recorriendo la calle principal y puedo ver como locales comerciales pasan rápido al lado de nosotros, hasta una clínica logro visualizar en una calle sin salida, giramos a mano derecha y muevo un poco la cabeza para poder ver mucho mejor hacia enfrente. Al final veo una casa de color blanco con detalles en madera, es hermosa, tiene una linda palma afuera de la casa y combina perfecto con el ambiente del lugar, Mario detiene la motocicleta en el área de estacionamiento.

—Hemos llegado, bienvenida.

No puedo ni responder a eso, mis ojos ya no saben hacia donde mas mirar, estoy asombrada por todo en esta isla. Entramos a la casa y es enorme, lo primero que veo es una sala de estar con un sillón blanco frente a una chimenea que al parecer es solo decorativa, sigue un comedor de madera y al final esta la cocina, me sorprende la luminosidad que hay en todo el lugar.

—Bienvenidos.— Nos dice una señora que viene caminando desde la cocina para recibirnos.

—Gracias Miranda, ¿puedes por favor mostrarle a Alessa su habitación?

ANTES DE TODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora