Capítulo 27 - Placer Puro

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ALESSA

Me desespera que aun Mario este vestido y yo totalmente desnuda, con manos torpes le quito rápidamente el pantalón y por ahí mismo el suéter, dejando al descubierto sus tatuajes, me encantan sus tatuajes, podría pasarme todo el día viendo su cuerpo con sus tatuajes y no me aburriría nunca.

No puedo ignorar el bulto que se nota ahora en su boxer, me encanta saber que lo pongo así de caliente, al igual que el me pone a mi. Me agacho para también quitarle esa ultima prenda y lo que queda frente a mi vista es su pene erecto y con solo verlo siento una palpitación entre mis piernas.

Mario me levanta y agarra uno de mis muslos para que lo coloque sobre su cadera, la otra mano la lleva directamente a mi clítoris, baja un poco mas y se da cuenta de lo húmeda que estoy.

—Mmm... Parece que no soy el único excitado aquí, creo que no necesitaremos preliminares Alessa.

Mario levanta mi otro muslo haciendo que rodeen completamente su cintura, me lleva a la cama quedando encima de mi cuerpo, y de un momento a otro lo siento dentro de mi, suelto un grito por el placer y también un poco por el dolor de su repentino movimiento dentro de mi.

—¿Estas bien?

—Solo dame unos segundos hasta que me acostumbre. 

Mi vagina poco a poco se esta acostumbrando al tamaño de su pene, cierro los ojos para entender todo lo que esta pasando, como es que en tan solo pocos días estoy entregándome a Mario, mi cuerpo y todo mi ser me lo pedía a gritos y he caído rendida a sus pies de alguna forma u otra.

—Alessa, abre los ojos y mírame.

Hago lo que me pide y veo a Mario sobre mi apretando su labio inferior con los dientes. 

—¿Puedo seguir o necesitas mas tiempo?

—Puedes seguir. 

Mario empieza a mover sus caderas sin parar, pensé que no se daría cuenta que he cerrado los ojos, hay poca luz en el lugar pero ya nuestras vistas se han acostumbrado, no cerré los ojos por vergüenza, cerré los ojos para entender toda la situación pero en el fondo no quiero entender nada, absolutamente nada. Pongo mis manos sobre su espalda, siento su sudor y el movimiento de sus músculos al entrar y salir de mi. Mario se acerca a mis labios para besarlos y su beso es tibio, desesperado, de un momento a otro sin despegarse de mis labios cambia de posición y ahora soy yo la que esta sobre el.

—Eres deliciosa.

Me dice Mario mirándome a los ojos, y luego da un recorrido de besos por mi cuello y clavícula, estamos sentados sobre la cama, estoy sobre el y ahora soy yo la que tengo el control, siento como su miembro entra totalmente llenando todo ese espacio que me pide con alaridos ser ocupado por Mario, siento un poco de dolor pero es un dolor placentero que no quiero eliminar. 

—Sorpréndeme Alessa.

Los ojos de Mario están oscuros, sus pupilas cubren gran parte de sus iris verde tropical. Empiezo con movimientos suaves para acostumbrarme a el y voy acelerando mi ritmo de arriba a abajo, luego muevo mis caderas trazando circulos, Mario aprieta mi cintura y me mira sorprendido, ¿Pensabas que no sabia nada? ¡Ja! procede a besar mis pechos con desesperación como si se tratase de algo que podría acabarse de un momento a otro. La verdad nunca antes me había movido con esta intensidad pero con solo ver a Mario mi cuerpo actúa solo. 

—Si sigues así vas a matarme.

Con escucharlo decir eso acelero mis movimientos, Mario me besa frenéticamente y puedo escuchar con voz grave sus gemidos. A pesar de que no quiero que esto termine deseo ver como pierde el control por mi, por mi manera de mover la cadera, quiero verlo acabar y todo a causa mía, en verdad quisiera seguir así toda la noche sin detenernos pero Mario me levanta con fuerza y me voltea para ahora quedar en cuatro sobre la cama, tengo las rodillas sobre el edredón el cual esta todo mal ubicado y de una sola embestida Mario vuelve a estar dentro de mi, esto es otra sensación y mi cuerpo muere de placer, en esta posición soy yo la que va acabar antes de el, porque ya siento como se van tensando poco a poco mis piernas.

ANTES DE TODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora