Capítulo 50 - Cavernícola Controlador

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MARIO

A los segundos de hacer la pregunta me arrepentí por completo.

—Perdieron totalmente el sentido de la cordura, ¿no puedes simplemente encerrar a la loca de tu mamá y punto? Dale un par de nalgadas y enciérrala en el loquero mas cercano.

—Las cosas no son así de sencillas Mario, lo sabes.— Me vuelve a decir Rafael en tono cansado.

—Ah pero si es sencillo para ustedes que yo les resuelva sus problemas siendo el maldito conejillo de indias. ¿Qué mierda voy yo a ganar con esto? mas es lo que pierdo que lo que puedo ganar.

—Mario solo piensa en Víctor, ¿no te parece que merece una estabilidad familiar? una infancia mejor que la de nosotros.

—¿Y no pudiste ponerle otro nombre? es horrible.— Le pregunto a Victoria.

—¿Qué tiene de malo? es el masculino del nombre Victoria, era una madre soltera y joven en un país lejano, no me juzgues.

—Estan planteando que me vaya fuera del país, tengo que manejar mi empresa y tengo que...

Dejo mi oración a medias porque es nueva la manera en la que me preocupa como le explicare toda esta porquería a mi preciosa chica con cabello de puntas rosadas.

—Solo necesito que mi mamá vuelva a confiar en mi y hagamos todos los papeles necesarios para poder tener el control de los bienes de mi familia.

—Eres una estúpida que solo le interesa lo material.

—Un poco mas de respeto con Victoria Mario.— Me suelta Rafael con posición defensiva.

—No es así, solo quiero lo mejor para mi hijo, el tiene derecho a ser el heredero de la familia Lumley.

—¿Y si no me da la gana?— Les pregunto como niño malcriado.

—Tienes que irte conmigo, es la única solución.— Responde Victoria.

—¿De cuanto tiempo estamos hablando?

—El que sea necesario, sabes que te necesito, sin ti no podré continuar con esto.— Me dice Victoria.

—Dame solo unos días... necesito poner todo en orden.

—Prometemos que solo es por el bien de Víctor hermano.— Se acerca Rafael a hablarme.

—Con una condición.

—Lo que quieras.— Me dicen los dos al mismo tiempo.

—Alessa viene conmigo.

—Me da igual.— Responde Victoria.

—Si eso te hace feliz.— Me dice Rafael.

Jodida mierda en la que me estoy metiendo, luego de terminar otros puntos del trato salgo del despacho de mi padre para ir en busca de Alessa, han pasado varios minutos y ya debe estar preguntándose porque mi demora.

Salgo caminando en dirección a la mesa principal donde se encuentra Tata charlando alegremente con mi padre.

—¿Dónde esta Alessa?

Mi abuela y mi papá me miran perdidos sin poder brindarme una respuesta.

—Ella estaba hablando conmigo, luego se levanto y camino hacia la casa, pensé que estaba contigo.— Me dice mi abuela.

Ya son pocos los invitados que quedan y puedo ver a Lucy en una esquina hablando con una amiga, me acerco de mala gana a ella.

—Lucy, ¿has visto a Alessa?

ANTES DE TODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora