Capítulo 31 - ¡Lárgate Ahora!

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MARIO

—Así que ahora te conformas con la primera chica que encuentras, que bajo haz caído amorcito.

Me dice Victoria mientras se sienta sin permiso sobre mi sofá en la sala de estar.

—Cállate Victoria, estoy utilizando todo mi autocontrol para no tirar de tu cabello teñido y largarte a las malas de aquí.

—Uhhh... por el cabello... como en los viejos tiempos... me gusta la idea, podríamos intentarlo.

Tengo que respirar despacio para no perder la paciencia con esta mujer.

Para mi alivio Eva entra por la puerta acompañada de Rocky, quien inmediatamente empieza a ladrarle a Victoria, Eva tiene que llevarlo al piso de arriba para que se calme, Victoria nota su llegada pero no hace ningún comentario, al contrario actúa como si Eva y Rocky fueran invisibles.

—Ahora dime, ¿Qué quieres y que demonios haces aquí realmente?

—Pues te cuento que voy a ser yo la que represente a la compañía de nuestros abuelos por parte de mi familia de ahora en adelante y me gustaría mucho que en vez de lidiar con tu padre, seas tú el que este a mi lado, como en los viejos tiempos.

—ja, ja, ja... déjame reír, ¿y que creíste? ¿Qué iría corriendo a tu lado? No voy a lidiar contigo solo por un estúpido trato de nuestros abuelos.

—Eso no es lo que pensabas años atrás.

—Tu lo haz dicho Victoria, años atrás, me arruinaste la vida y lo sabes.

—¿Yo te arruine la vida? jajaja, en primer lugar tu solito quisiste entrar a mi estilo de vida y todo porque me amabas, ¿o me equivoco amorcito?

—No digas idioteces, pensaba que te amaba... pero solo estaba ciego por la porquería de vida que llevaba en ese entonces. No fue hasta que toque fondo y me di cuenta de la basura en la que me estaba convirtiendo gracias a ti. Te fuiste Victoria, me dejaste de la noche a la mañana, me costo muchísimo salir de ese maldito ciclo.

—Pero ahora he vuelto.

—¿Y que? solo a ti se te ocurre venir a pedir algo como eso después de todo lo que paso, no supe nada de ti, pero encontré la salida y tuvieron que pasar ocho meses para lograr comprender que en realidad me hiciste un gran favor cuando te largaste.

—Tuve mis motivos para irme.— Dice Victoria mirando hacia otro lado.

—¿Qué motivos? ¿encontraste en ese momento a otro títere para manejar a tu antojo?

—Me fui porque estaba embarazada.— La respuesta de Victoria me deja mudo, pero segundos después mi cerebro sale del trance.

—Pues felicidades, a que pobre hombre lograste atrapar bajo tus garras.

—Es tu hijo amorcito.— La sonrisa de Victoria es de satisfacción.

—Si, que buen chiste Victoria.

—¿Crees que es un chiste? es un niño y tiene siete años, ya casi ocho, si lo piensas un poco es exactamente la misma cantidad de tiempo desde que me fui.

—¿Y piensas que yo te voy a creer semejante cuento?

—Puedes creer lo que quieras amorcito, pero es tu hijo y no tengo nada que esconder, si quieres puedes hacer una prueba de ADN.— ¡Maldición! esto no puede estar pasando, endemoniada Victoria, no le creo ni una sola palabra.

—Entonces tu quieres venir después de casi ocho malditos años a decirme que tengo un hijo contigo, y que todos vivamos felices para siempre? ¿Qué carajos tienes en tu retorcida cabeza?

ANTES DE TODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora