Capítulo 45 - ¿Mucho Mejor?

22 2 0
                                    

*Advertencia: 🔥 Contenido +18 🔥*



ALESSA

Todo mi cuerpo temblaba involuntariamente, no estaba preparada para esto, pensé que si lo estaría, que seria sencillo sobrevivir esta noche pero estaba realmente equivocada. El tamborileo de mi pie derecho no quería parar y yo tampoco ponía mucho empeño en ponerle fin ya que era lo único que realmente estaba evitando que me diera un colapso.

Mario posa su mano sobre mi muslo y yo sigo con mi mirada al frente, tan perdida y cada vez mas ansiosa porque ni siquiera tenia idea cuanto tiempo faltaba para llegar. 

—Tranquila preciosa, ya falta poco. 

—Que me digas que ya falta poco es lo que menos me ayuda en estos momentos.

—¿Estas nerviosa? 

—¿Tu crees?— Le devuelvo con tono sarcástico.

Mario baja la velocidad y detiene el carro en un espacio al lado de la carretera.

—¿Qué haces? 

—Ayudarte. 

El culpable de mi nerviosismo reclina mi asiento y suelta su cinturón de seguridad seguido del mío, recorre su mano por la parte interna de uno de mis muslos hasta llegar a mi entrepierna, agarra mi braga y la mueve hacia un lado dejando expuesta mi intimidad que ya con el solo roce de sus dedos empieza a humedecerse. 

—Mantenlo agarrado, si lo sueltas no voy a seguir.

Hago lo que me pide mientras el traza circulos con su dedo pulgar sobre mi clítoris, llevo mi cabeza hacia atrás para que repose sobre el asiento, dejando libre mi cuello el cual Mario no duda en llenar de besos y pequeño chupetones que no dejan marca alguna. Introduce uno de sus dedos dentro de mi haciendo que mis caderas se muevan solas a un ritmo exigente, me besa la boca y mete un segundo dedo causando que pierda la cabeza, da pequeños mordiscos en mis labios, estoy a nada de perder la conciencia por el placer, tan satisfecha en cada uno de los puntos sensibles que suelto la braga de mi agarre. Mario para automáticamente y yo lo miro con ojos asesinos por detenerse. 

—Te lo dije, mantenlo agarrado. 

De mala gana pero sin protestar vuelvo a mover a un lado mi braga para que siga con su trabajo, ya los nervios pasaron a segundo plano, ahora solo quiero acabar y quiero hacerlo ya porque lo necesito, Mario mueve sus dedos a un ritmo criminal, mis gemidos sobrepasan el tono de la música en el auto, llenando cada una de las esquinas de aquel Tesla. Falta poco tan solo unos movimientos mas para que mis músculos se contraigan, una lagrima traza su camino por mi mejilla pero no estoy para nada triste, al contrario, estoy en el pico del placer. Cuando por fin han terminado mis temblores Mario lleva sus dedos a mi boca, los recibo gustosa chupándolos y pasando mi lengua por ellos experimentando mi sabor, los saca de mi boca y lleva una mano a mi nuca para atraerme a sus labios y besarme como salvaje, un salvaje que me ha dejado hambrienta de mas.

—¿Mucho mejor?

—Por ahora.— Le respondo con mi respiración acelerada haciendo que el movimiento de mi pecho sea tan notorio como si acabara de correr una maratón. 

—Eso pensé, para ayudarte durante la noche usaremos esto. 

Saca de su bolsillo un vibrador bala en color negro, tan diminuto que ni siquiera se si eso me ayude en algo, he visto y escuchado de ellos pero nunca he usado uno.

—¿Y como se supone que debe usarse?

—Abre las piernas.

Obedezco e introduce el pequeño bulto negro en mi vagina.

ANTES DE TODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora