Capítulo 28 - Liberación Placentera

22 2 0
                                    

*Advertencia: 🔥 Contenido +18 🔥*



ALESSA

Mario sigue agarrando mis muslos y me levanta un poco, luego de eso lo único que siento es como entra en mi mirándome directamente a los ojos.

—Ahhh...

Es lo único que sale de mi boca y Mario me regresa una sonrisa en reacción a mi gemido, que dura poco porque ahora siento sus labios sobre mi boca, su lengua encontrándose con la mía, muerdo levemente su labio inferior y a él parece gustarle ese gesto.

Me apartó de sus labios para colocar los míos sobre su cuello, bajo un poco para abrir mi boca sobre su hombro, lo aprieto con los dientes y Mario hace movimientos más bruscos con su cadera, todo lo que siente mi cuerpo es placer, no quiero que se termine pero ya mi interior me advierte que pronto se acerca mi orgasmo. Mario al parecer se está dando cuenta de eso, y en un dos por tres me baja y voltea mi cuerpo hacia la puerta de vidrio de la ducha, quedan mis dos manos sobre el frío material transparente y siento como Mario agarra fuertemente mi cintura solo para volver a entrar en mi otra vez.

—Terminaremos en esta posición, ¿Ok Alessa?

Solo puedo asentir porque no quiero ni siquiera gemir, quiero absorber todas las sensaciones pero por más que lo intento mis gemidos salen involuntariamente, porque es el sonido del placer que me está dando Mario en estos momentos y me he dado cuenta que entre más gimo más enloquece Mario quien comienza a besarme la espalda y dar pequeños mordiscos.

Siento sus embestidas más fuertes sobre mi y mis piernas ya están empezando a flaquear, ya no puedo evitarlo, ya no quiero evitarlo, solo quiero llegar a esa sensación de liberación placentera. Después de sentir como Mario me penetra más lento pero al mismo tiempo más fuerte me dejo llevar por lo que mi cuerpo me pide a gritos y recibo esos espasmos altamente agradables.

Caigo suavemente sobre mis rodillas solo porque Mario me ha dejado ceder y me ayuda a no darme un mal golpe en el piso, esta abrazándome por la espalda al mismo tiempo que respira sobre ella, se levanta un poco solo para darme besos en el cuello.

Después de todo este tiempo hasta ahora vuelvo a sentir nuevamente el agua fría cayendo sobre nosotros, con la excitación del momento me he olvidado por completo de la temperatura del agua, ya no me molesta su frío, ahora solo quiero disfrutar de ella para que me refresque.

—No estoy cansado pero necesito recuperar el aliento.

—No soy yo la que ha insistido seguir la sesión de sexo en el baño.

—Jaja, pero bien que te gustó, es más podría decir que ha sido la mejor follada de tu vida.— No puedo evitar soltar una carcajada pero no le daré el gusto de aceptar lo que dijo, en realidad si ha sido diferente, lo he disfrutado como nunca, y si él quiere más no sería capaz de negarme. 

—Apuesto todos mis bienes a que es cierto lo que te digo, ¿A que si?— Vuelve a preguntarme esta vez ayudándome a levantarme del piso frío de la ducha.

—No lo se.— Me mira y levanta una de sus cejas por mi respuesta.

—¿Cómo que no lo sabes? Estoy seguro de que sabes la respuesta pero no quieres aceptarlo.

—No lo se porque aún no se ha acabado la noche, me dijiste que no dormiríamos en toda la noche, quiero saber si cumples con lo que dices.— Por la expresión en su cara se que una respuesta como esa no se la esperaba, mi interior muere de risa y me encanta dejarlo desequilibrado.

—¿Me estas retando? Porque si es así Alessa, créeme que estoy acostumbrado a ganar todo el tiempo.

—No te estoy retando, solo he repetido lo que me dijiste el día de hoy.

ANTES DE TODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora