Capítulo 49 - Eres Patética

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ALESSA

—¿Te sientes mejor flaca?

—Cállate, eso pasa por besarme a la fuerza, no te me acerques.

—Mas bien eso pasa cuando bebes alcohol cual indigente, ven tienes que descansar.

—No me toques, yo puedo sola.— Me levanto para dar el primer paso y caigo de nalgas sobre mi vomito, intento levantarme nuevamente y vuelvo a resbalar embarrándome aun mas. —¿Qué haces ahí parado Víctor? ¡Ayúdame!

—Tu me dijiste que podías sola, quien te entiende.

Me sostengo del brazo de Víctor quien me ayuda a caminar sin quedar nuevamente en el piso, entramos a su habitación y me lleva al baño donde abre la regadera mientras me ayuda a quitarme el vestido pero esta tan embarrado que su solución es rasgarlo para que caiga sobre el piso y no tener que pelear con el. 

Me miro en el espejo enorme que tiene Víctor en el baño y mi estado da lastima, estoy horrible, despeinada, con maquillaje corrido y hasta un poco pálida, detrás de mi esta mi ex observándome de manera curiosa. 

—¿Qué tanto miras? sal de aquí— Le digo con desagrado.

—No me puedes culpar cuando te tengo en mi baño mostrándome solo tu ropa interior.

—Pues deja tu patética coquetería para Jessica, a mi no me molestes, no estoy de humor. 

—¿Que? ¿Te da miedo estar conmigo a solas?

—Ja, ja, ja... no te hagas ilusiones, no debes crear una novela donde no la hay. Ahora sal de una vez por todas de aquí y déjame sola que necesito un baño. 

Víctor sale sin oponerse cerrando la puerta a su paso, inhalo y exhalo profundamente unos cuantos segundos para estabilizarme tanto física como mentalmente. Me quito las pocas telas que cubren mi cuerpo y me meto en la regadera, al poner un pie dentro me voy de cara contra la pared y termino sentada en el piso frio y mojado, ¿Qué sucede hoy con mi coordinación motora?

Mi ex entra asustado por el ruido del estropicio que hicieron todas las cosas al caerse, estaba rodeada de acondicionador, jabones, crema de peinar, crema de afeitar, en fin... todo lo que anteriormente estaba acomodado en su sitio ahora me hacían compañía en el suelo. 

—¡Sal de aquí! ¿no ves que estoy denuda?

—Ya deja de ser tan orgullosa, te he visto desnuda un montón de veces, crees que soy un animal salvaje que no puede controlarse, tranquilízate y déjame ayudarte.

—No te atrevas a acercarte... 

—¡Flaca no!

Me levanto y me resbalo con uno de los jabones que estaban en el piso, me agarro de lo primero que puedo, en este caso la camisa de Víctor haciendo que el también caiga conmigo dentro del baño quedando los dos aun mas mojados de lo que podíamos estar. La cara de Víctor es tan graciosa que no puedo aguantar la risa que sale de mi interior, me llevo las manos a la barriga porque duele reírse y la cara de mi ex no mejora para nada, debo parecer una loca de atar. Después de unos segundos también se empieza a reír llenando el lugar de risas que no nos esforzamos en detener, es una situación de lo mas extraña pero agradable entre los dos después de muchos días. 

—Déjame ayudarte.— Me dice luego de calmarnos un poco.

La ropa queda regada en el piso, recogemos todo lo que se cayo de sus lugares correspondientes gracias a mi peligrosa caída y solo me concentro en sentir como el agua corre por mi cuerpo. Víctor amarra mi cabello en un moño alto pero se suelta tantas veces que al final se rinde y a mi en realidad no me interesa que se moje o no mi cabello, el solo tiene su pantalón puesto, lo que debe ser muy incomodo porque esta totalmente mojado por el agua, pero yo le agradezco el gesto ya que seria algo muy fastidioso si se lo quita y no quiero que malinterprete las cosas. Me ha sorprendido su capacidad de manejar la situación y de como ha pasado de robarme un beso salvajemente a ser un hombre tan delicado y concentrado en su tarea de solo ayudarme. 

ANTES DE TODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora