EXTRA - MARIO DI TELLO

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MARIO

6 meses después.

El frio era jodidamente insoportable en esta época del año, ya estaba harto de lidiar con la temperatura de este país. Por suerte tenia la ventaja de vivir en apartamento y no tenia que batallar con la nieve en mi patio, era lo que me tocaba observar todas las mañanas al asomarme en los ventanales que me mostraban los paisajes alrededor del edificio.

—Vuelve a la cama, tengo frio.

—Yo tengo mas frio que tu y no me estoy quejando.

—Eres insufrible Mario.

Pongo los ojos en blanco porque no puedo soportar su drama matutino, cada día que pasa se convierte en una molestia sin fin. Diana recoge su ropa y entra al baño dando un portazo tras de ella, como adolescente rebelde, lo cual me hace cuestionarme si vale la pena aguantarme sus melodramas por tan solo meterme entre sus piernas, no me parece justo el intercambio ni lo que tengo que sobrellevar.

Al conocerla hace un mes atrás pensé que era una mujer diferente pero a los pocos días me di cuenta que no es nada fuera de este mundo, te montan toda una manera de ser pero rápidamente se les cae la mentira, aunque tengo que confesar que me ha servido para dejar de pensar en la única persona que no he logrado olvidar tan fácilmente porque sigue siendo mi jodida perdición.

Luego de todos estos meses hoy será la primera vez que la volveré a ver, estoy nervioso como un niño tonto, estúpidamente creí que seis meses serian suficiente para olvidarla, pero la mayoría de las noches aparece en mis sueños, sueños que ahora detesto porque se han convertido en pesadillas, en donde vuelvo a estar con ella pero el escenario cambia y ya no es Lucy la que me abandona si no ella, no puedo moverme y lo ultimo que veo es su cabello de puntas rosadas balancearse con la brisa, grito tan fuerte que me despierto exaltado y perdido.

He tenido que tomar medicamentos para tratar de descansar en las noches, es patético y agotador. A veces me pregunto si cometí un error al irme sin dejarla darme una explicación, pero verla ese día con su novio niño bueno es algo que no puedo borrar de mi memoria, lo tengo grabado como un tatuaje, un horrible y perverso tatuaje.

Ya son las siete de la mañana y recibo el correo que hace que mi corazón palpite de manera frenética, el reunirnos virtualmente no baja los niveles de inquietud que tengo en estos momentos. Estas ultimas dos semanas hemos estado intercambiando correos para finalizar y aprobar los detalles del proyecto de los esposos Brown, pero han sido tan formales que si no estuviera seguro de que sigue trabajando en mi empresa podría jurar que no es ella la que me responde.

Me he arrepentido tantas veces de querer contactarla, he estado a punto de hacerlo pero mi orgullo es grande. Los primeros días fue una tortura, y Victoria no ayudaba en absoluto, al contrario empeoraba la situación con sus patéticos consejos. Quien lo diría, ella dándome consejos a mi, estar lejos de la chiflada de su madre le hace bien, pudimos arreglar nuestras diferencias y ahora lo único que nos importaba era Víctor. Rafael es un buen padre, viajaba cada vez que podía para pasar tiempo con ellos y yo me sumergía en el trabajo para olvidarme de ella.

Mudarme a otro país tuvo sus ventajas, pude estudiar el mercado y encontré uno que otro proveedor que ayudará a mi empresa a posicionarse mucho mas de lo que antes estaba, ofreciendo productos de mejor calidad y manteniendo al mismo tiempo tecnología novedosa.

Una llamada entrante suena en mi celular haciéndome temblar pero me tranquilizo al ver en la pantalla el nombre de mi padre. Es estúpida mi reacción ya que la llamada que tendré con Alessa es desde la laptop.

—Hola papá.

—Hola hijo, recordé esperar un par de horas para llamarte, no me acostumbro aun a la diferencia de horario en la que te encuentras.

ANTES DE TODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora