Capitulo 42 - Te Extrañe

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ALESSA

Después de pasar por mi casa vamos en camino a la oficina, termino de maquillarme un poco dentro del carro de Mario quien intencionalmente toma las curvas de una manera brusca, lo que hace que tenga que tener mucho más cuidado con la mascara de pestañas para no terminar con las cerdas en uno de mis ojos.

—No necesitas tanto maquillaje, pero eso ya lo sabes ¿verdad?

—¿Por qué lo dices?

—Te pones una capa muy sutil de maquillaje, no te escondes detrás de kilos y kilos de esos productos.

—Gracias por el cumplido, creo.

El seguridad del edificio nos da los buenos días, entramos al elevador para subir del piso dos al piso número cinco, se abren las puertas metálicas y la luz me deja ciega por un segundo. Mario me toma de la mano y detengo mis pasos rehusándome a salir.

—¿Qué pasa?

Instintivamente miro nuestras manos enlazadas y Mario al parecer se da cuenta el porqué no quiero dar un paso mas.

—¿No crees que es inapropiado?

—¿Inapropiado? soy el puto jefe, ¿crees que me preocupa lo que piensen mis empleados?

—Quizás a ti no pero a mi si, pueden mal interpretar las cosas.

—¿Y eso que? que piensen lo que quieran, vamos.

Me suelto de su agarre saliendo primero y el me sigue, doy los buenos días a todos ya que están en el pasillo charlando y algunos sirviéndose café, siento nuevamente como Mario entrelaza sus dedos con los míos, lo miro con cara de pocos amigos pero el me ignora. Por un momento todos hacen silencio y se quedan atónitos, pero disimulan rápidamente y nos dan los buenos días a mi y a Mario.

Para escapar de la incomodidad del momento sigo caminando hacia mi oficina con Mario pegado a mi como un bebé koala, cuando llegamos a la puerta de mi oficina me agarra de la cintura para pegarme con fuerza a su cuerpo y besarme de manera descarada.

—Hasta luego preciosa.

Mario se aparta de mi y me guiña un ojo, da media vuelta y se va caminando a su oficina. Me quedo parada en el lugar por mas tiempo de lo planeado hasta que por fin mi cuerpo reacciona y entro a mi oficina. Lo primero que hago es terminar de enviar los correos que me quedaron pendientes del día de ayer.

Luego de por fin terminar decido tomar cinco minutos de descanso, necesito unos lentes urgentes, los ojos me arden, aprovecho para llamar a mi tía Paula.

—Hola tía, ¿Cómo estas?

—Hasta que por fin apareces Alessa Marie, no he sabido mucho de ti los últimos días, he hablado con Víctor.

Me quedo en silencio por unos segundos, carraspeo para lograr articular las palabras que necesito decir.

—Entonces ya lo sabes todo...

—Esta preocupado, me dijo que estas saliendo con tu jefe, ¿qué paso entre ustedes dos?

Suelto una risa de asombro.

—¿Y eso fue lo único que te dijo?— Le pregunto a mi tía en tono molesto. —¿No te menciono de casualidad que lo vi besando a su asistente de veterinaria dentro de su auto?

—Si, también me comento que a causa de eso lo echaste de la casa.

—Entonces porque me preguntas solamente acerca de mi jefe, lo que el hizo estuvo mal, lo que tenga o no con Mario fue después de la ruptura con Víctor.

ANTES DE TODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora