Reencarnación #1 Trilogía Reencarnación

Capítulo 2: Preguntas y ¿Mentiras?

Siglo XXI

  Corría por un bosque sombrío junto a otras mujeres y veía seres en la sombras moverse tan rápido que te hacía dudar si los habías visto, una de estas sombras era un hombre que se me acerco por la izquierda y con una fuerza sobrehumana me empujó contra un árbol como si no pesara nada. Hago el esfuerzo de ponerme en pie pero el dolor en mis costillas no me permite hacerlo y cada vez que lo intento vuelvo a caer, el hombre corrió en otra dirección donde solo se escuchaban gritos y lamentos de pobres mujeres ¿Qué ocurre aquí? ¿Por qué las matan tan brutalmente? ¿Por qué ese hombre no acabo conmigo al igual que las demás? No había tiempo para pensar en esas cosas tenía que moverme de aquí antes de que alguien más decidiera finalizar el trabajo de él, o sea matarme. Presiono mis manos contra la tierra húmeda para poder sentarme en está y lo logré después de dos intentos; me dedico a observar a mi alrededor pero solo consigo ver fuego y árboles hasta que diviso una sombra junto a un árbol muy cerca de mí observándome. Se empieza a acercar lentamente y entro en pánico de inmediato.

-¡Aléjese de mí! ¡¿Quién es usted?!- le gritó pero hace caso omiso a mis palabras y sigue caminando.

Intento levantarme otra vez esperando que la adrenalina haga funcionar mi cuerpo pero unas manos en mis hombros me lo impiden, era aquella persona con unas manos suaves y tan frías a la vez. Ya no me sentía indefensa sino protegida ante aquel ser que tenía frente a mí, su presencia era cálida y quería extender mi mano para tocarlo pero no hubo respuesta en mi cuerpo; es como si estuviera paralizada. En un abrir y cerrar de ojos me acerca a su cuerpo, entierra su rostro en mi cuello y un dolor punzante se extiende por todo este. Un líquido cálido comenzó a recorrer mi cuerpo, sangre.

-¡Emily!- escucho gritar a mi padre desde abajo.-Si no quieres llegar tarde a la universidad te sugiero te apures.-

-¡Estoy despierta, ya bajo!- grité. Era la cuarta vez que tenía ese sueño y cuando me mordía terminaba todo, nunca le veía él rostro.

Dirijo la mirada a la mesita de noche para ver la hora y eran las 7:15 am, no podía creerlo voy a llegar tarde. Salí disparada al baño a ducharme; me puse lo primero que encontré unos jeans negros con una camisa azul manga larga y mis tenis, me recogí el sedoso cabello negro en una trenza y corrí hasta la cocina donde me esperaba mi padre con el desayuno.

-Buenos días hija, ¿Dormiste bien?- me saludó sonriente con una taza de café en la mano y dos platos de sándwiches en la mesa. Mi madre ya debía haberse ido hace media hora y yo soñando con un bosque donde conocía a un muchacho que me mordía y acababa con mi vida, que horror.

-Buenos días papá, he dormido muy bien. Voy a guardar esto en un bolsa y los como en el instituto.- respondí y el frunció el ceño pero no respondió.

Metí rápidamente los sándwiches en la bolsa y los guarde en mi bolso, me lo colgué en el hombro y salí corriendo por la puerta. Después de caminar o mejor dicho correr hasta la parada del bus ya eran las 7:50 am ¡No puede ser! tengo examen hoy.

 Por suerte el profesor se demoro unos quince minutos y pude llegar a tiempo para realizar mi examen. Después de tanto apuro no pude comer nada y me estoy muriendo del hambre. Cuando salgo del aula veo a mi amiga Melanie en una mesa leyendo Cumbres Borrascosas que es su libro preferido aunque, yo prefiero Orgullo y Prejuicio es cuestión de gustos pero me parece que el señor Darcy es la réplica perfecta de cómo las mujeres se imagina a los hombres.

-¿Otra vez leyendo Mel?- le pregunto y me siento junto a ella. Me mira con sus enormes ojos de sorpresa.

-Mira quien lo dice, si fuera por ti vivieras leyendo. Todos los libros viejos o de historia que puedas conseguir los lees, no sé que le ves a los otros siglos Emily.- refunfuña. Si, lo cierto es que tengo una fascinación por la historia que viene del lado de mis padres y estoy en plena búsqueda de libros que me puedan hacer entender mejor lo que soy.