Capítulo 7: En los sueños de una bruja

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 Emily

Después de tres horas en la misma posición me levanté y estiré los brazos, Nicolas me observo y solo se río ¡Vampiros! Podían pasar horas en la misma posición sin cansarse mientras a los demás nos crujían los huesos y nos dolía todo el cuerpo. Mi estómago gruño fuertemente reclamando comida.

-En el refrigerador hay comida, sigue derecho por esa puerta.- me señalo amablemente.

–Gracias.

Al encontrar la cocina me preparé unos huevos revueltos con mucho pan repleto de mayonesa y encontré una jarra de limonada en el refrigerador. Nicolas no se asomo por aquí ni una sola vez estaba tan concentrado y quieto en su laptop que parecía una estatua. Fui con mis panes y limonada directo a la sala donde ya no había rastro de Nicolas pero se podía oír que hablaba con alguien, supongo que por teléfono. Coloque música clásica para calmarme mientras comía y pensaba ¿será que de verdad desapareció? Ninguna bruja o brujo sabía de su paradero y ya comenzaba a sospechar que no la encontraría, Ashley una ex-amiga mía me conto una vez sobre brujas que podían esconder su esencia y al cambiarse el nombre nadie sabría quien era simplemente pensaría incluso que era humano, claro que sólo era un mito.

-He encontrado algo sobre ella que puede servirnos.- se sentó en el sillón, me observo y estallo en carcajadas.

-¿Dejaste algo en el refrigerador?- me ruborice y seguí comiendo.

-No sé de qué te quejas si tú no comes esto.- le señale el pan con mayonesa y moví la cara indignada.

-Tienes razón, siempre gasto dinero en comida humana por las apariencias y la termino tirando en el basurero, me alegra que a alguien le sirva.- asentí.

-¿Ves? Entonces, no te quejes.- río otra vez.

-¿Qué conseguiste sobre Lucinda? Yo no encontré nada y les pregunté a muchas personas.- su rostro se volvió serio.

-Un amigo mío me dijo donde vive aunque, tiene tres días sin ir allí ¿aun así quieres ir?

-¡Claro!

-Iremos al anochecer, necesitas dormir y yo debo cazar.- tragué saliva al escuchar la última palabra cazar.

Sé que es un vampiro pero es tan difícil imaginárselo atacando a un venado indefenso con sus relucientes colmillos y todas sus ropas ensangrentadas. O tal vez se alimentaba de humanos. Mi madre me contaba de pequeña que los vampiros son seres a los que hay que temerles y nunca darles la espalda, si confías en uno este te matará y beberá toda tu sangre. Claro que ella podía ser algo exagerada en este tema. Ahora ¿será todo cierto? Yo no conozco para nada a Nicolas pero no parece esa clase de vampiro de historias de terror.

-No te preocupes, es mejor la sangre de animales es menos... contaminada.- sentía su aliento en mi cara y al terminar me enseño una sonrisa traviesa.

-Eh... ¡N-no quiero saber!- agité mis manos torpemente.

-Era broma.- comenzó a reírse de mí.

¿Qué tiene ese joven? Es como si tuviera un escudo que solo permite ver su lado serio y tenebroso aunque, a veces deja ver un lado totalmente diferente divertido, amable y muy caballeroso. ¿Serán imaginaciones mías? Me va a volver loca.

-La veo más tarde, mi lady.- se acerco y beso mi mano antes de salir de la casa ¡Rayos! La sangre me subió a las mejillas.

Luego de limpiar lo que había ensuciado en la cocina me fui a la habitación de sabanas rojas, cambie mi ropa por una camisa grande manga corta y unos shorts para dormir. Nicolas se tardaría un poco porque después de todo cazar significaba divertirte un rato con la presa ¿no? De solo pensar como acabaría con la vida de un animal me dan nauseas, muchas nauseas. Debería dormir en vez de pensar en él. Coloque a Mozart y me quede dormida.

Estaba en una tienda con poca luz, ventanas rotas y el suelo lleno de barro. Muchas estanterías repletas de libros y frascos con partes de seres extraños; todo lo que hay en este lugar es completamente espeluznante. Una mujer de cabello rubio como el oro y piel pálida me observa desde una esquina. Penetrantes ojos celestes y una sonrisa maliciosa, su aspecto era sospechoso. ¿Dónde diablos estoy? ¿Qué es esto?

-No deberías estar aquí, querida.- su voz era algo áspera y dulce a la vez.

- No sé donde estoy, ayúdame por favor.- suplique.

Esta rio como las brujas malas de las películas o dibujos animados que vez de pequeña. Entre en pánico y ella comenzó a mover las cosas a nuestro alrededor.

-Pobre niña, mitad bruja y mitad sacerdotisa. Estas entre las tinieblas y la luz, no sabes quién eres ni de dónde vienes. Hay una bruja poderosa en ti que quiere tomar el control de tu cuerpo para vengar su muerte y los imbéciles esos te querrán colgar el cuello por ella, esta bruja mato a muchos vampiros y demonios cuando tenía tan solo dieciséis años. A sus padres los mato Sebastián rey de los demonios y ella logro huir sin recuerdo alguno. La bruja tenía unos dones exquisitos por los que decidieron matar a todo descendiente de ella que encontraran, solo es cuestión de tiempo para que sepan que vive en ti y te quemen en la hoguera.- otra vez rió.

-¡No sabes de lo que hablas!- grité.

-¿Ah no? Te aseguro que sé más que tú, preciosa. Esa bruja es muy especial y espero poder tomar ¡su poder!

Dos frascos chocaron contra él suelo muy cerca de mí y los fragmentos cayeron en mis pies, perforándolos. Estaba descalza en un lugar extraño con una mujer extraña que quiere a mí ancestra. ¿Cómo termine aquí?

Se supone que tus padres adoptivos eran brujos y ¿no sabes la respuesta a eso? Que ignorante.

Déjame.

La bruja comenzó a acercarse a mí con risa macabra y bolas de electricidad en sus manos. Cerré los ojos asustada y mis manos comenzaron a calentarse, era un calor agradable a pesar de todo.

Qué comience la fiesta.- rió la voz en mi interior.

¡No quemes a nadie, por favor!

Tú no me dices que hacer.­- respondió al mismo tiempo que las serpientes intentaban llegar a la anciana bruja frente a mí.

-¡No! ¡Ya basta!- grité y las serpientes frenaron justo a dos centímetros de la cara de ella.

La bruja lanzó una de sus bolas de electricidad a mi cuerpo haciéndome caer. Mis manos no paraban de temblar ante el deseo de la mujer en mi mente que deseaba matarla.

-¡Aléjate de mí! ¡Te va a matar!

-Ninguna de ustedes logrará matarme.- rugió.

¿Segura de eso, querida?

Las serpientes cobraron vida propia y comenzaron a hacer un círculo alrededor de ella. La bruja lanzaba libros, frascos de agua con otras cosas y muchas maldiciones. Si no la detenía a tiempo terminaría matándola y ni siquiera se de quien se trata. Corrí hasta una esquina para alejarme un poco de ella.

Ella nos quiso hacer daño. ¡Hay que lastimarla!

¡Que no!

-¡Déjame!- grité con todas mis fuerzas.

Desperté acalorada con la camisa empapada en sudor y las uñas clavadas en las palmas de mis manos ¿Qué rayos había sido eso? Todo parecía tan real. Esa bruja había dicho tantas cosas incoherentes e inexplicables pero sabía lo que ocurría conmigo. Y esta mujer en mi cabeza no la soporto.

¿Es que sólo piensas en matar?

Eres una aguafiestas Emily Collins.

***
¡Hola, hermosuras! ¿Qué tal han estado?

¿Quién creen que es la bruja de su sueño?  ¿Por qué su ancestra tiene que ser tan agresiva y cruel? Los leo. 🌹

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Reencarnación #1  Trilogía ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora