Capítulo 4: Revelaciones

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Mi madre Elena estaba arrodillada llorando frente a mí. Mi padre permanecía lejos vigilando a Nicolas mientras que él solo estaba de pie con los brazos cruzados observándome fijamente.

-Luego de eso nos dijeron que tus padres habían muerto en una antigua torre que utilizaba Sebastián para sus torturas. Los condenaron porque tu padre era un descendiente de la familia de los Devane quienes llevaron al rey de los demonios Sebastián a la ruina dejándolo sin poder para defenderse. Dice la historia que su mano derecha con quien no se la llevaba muy bien lo mato por haber mandado el alma de su esposa al infierno. Por eso los perseguían y tu madre era una muy buena amiga mía a pesar de ser sacerdotisa, ella decía que no deberían existir etiquetas entre nosotras y formamos un lazo irrompible, por eso te dejo a mi cuidado. Cambiamos tu apellido para que no te relacionaran con ellos pero aun así te encontraron. Por años hemos estado preocupados de que un día no llegarás a casa porque ellos te secuestrarán y por una extraña razón, no ha pasado.- miré sorprendida a mi madre adoptiva y la abracé.

-Gracias por cuidarme todo este tiempo mamá pero me temo que he cometido un error.- me soltó.

-¿Qué has hecho, Emily?- me observo aterrorizada.

-Mis poderes están fuera de control y son muy raros. Ataque a Nicolas sin querer con unas serpientes de fuego que brotaron de mis manos no sé que me sucede ¡Por favor, ayúdame!- le supliqué.

Ella se levanto y fue con papá a hablar a solas.

-¿Te encuentras bien?- me pregunto Nicolas tendiéndome una mano que no dude en tomar.

-Sí, estoy bien, creo. ¿Qué dicen?- me sacudí el polvo de los jeans.

-Tu padre cree que tu ancestra está detrás de tus poderes de fuego pero Elena dice que también pueden ser parte de ti porque eres mitad bruja y mitad sacerdotisa.- dijo fascinado ante la idea.

-¿Ancestra? ¿Fuego?-me pregunté en voz alta sin poder creerlo.

-Ya vienen hacia aquí será mejor que me aleje.- camino rápido hasta una esquina de la sala.

-Hija, hay una ancestra tuya cuyo nombre no sabemos que puede ser la causante de esto. Tú eres descendiente directa de la mujer que dejo débil al rey Sebastián su poder era el fuego y puede ser que se esté manifestando en ti. Hay que llevarte con Lucinda.- dijo mi padre con amargura.

-¿Cómo planean llevarla a la bruja que ha causado más estragos en Francia?- intervino Nicolas furioso.

-¿Padre, quién es Lucinda?-

-Lucinda es una bruja muy poderosa que puede hurgar en tu cuerpo para ver si tu ancestra ha reencarnado en ti de alguna manera.- respondió mamá.

-¡Nadie debería hurgar en su cuerpo! A las brujas que les hacen esta clase de conjuro sufren demasiado.- Nicolas alzo la voz. ¿Hurgar en m-i c-u-e-r-p-o? ni hablar.

-N-no creo que pueda hacer eso ¿dónde queda mi intimidad? ¿Y si lastimo a alguien en el proceso como lastime a Nicolas?- me sentía exasperada.

-Siendo sincera hija, no me interesa lo que pueda pasarle a ese vampiro y Lucinda podrá contigo, te lo aseguro.- la voz indiferente de mi padre me saco más de quicio.

-¡A mi si me interesa!- replique y ambos me observaron horrorizados.

Ay, ¿que dije? Nicolas me hace sentir segura pero no lo conozco. ¿En qué lío me he metido? Lo observo por el rabillo del ojo y ahí estaba intentando ocultar esa pequeña sonrisa que se le formo en los labios.

-Te llevaremos con Lucinda mañana, ¿de acuerdo?- preguntaron mis padres al unísono y yo solo trague saliva.

Después de la devastadora verdad de hoy me encuentro exhausta en mi cama y con mucha hambre. Mis padres echaron a Nicolas con un hechizo por la puerta antes de yo poder protestar y esté se había ido sin decir una palabra ¡Vaya! Que vampiro más raro con el que me he topado ¡ahg! En vez de pensar en él debería estar practicando con mis poderes, con tantos problemas se me había olvidado hasta la voz en mi cabeza cuando me encontré con Nicolas antes de desmayarme.

Reencarnación #1  Trilogía ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora