Capítulo 35: Heridas nuevas y una noche inolvidable

18 2 0
                                    

Nicolas

-Nicolas.- me llamo mi hermano.

-Dime.

-Sara me ha contado lo que hiciste por esa chica y debo decir que no puedo creer nada. ¿Ella significa tanto para ti?

-Más de lo que imaginas.- respondí.

-Temía que respondieras eso.- bajo la mirada.

-¿Por qué?- pregunté molesto.

-¿Estás consciente de qué no la dejarán en paz? La perseguirán hasta tenerla de vuelta y tú estarás en su camino.- miré fijamente los oscuros ojos de mi hermano.

-Después de lo que le han hecho no pienso dejarla. ¿Vistes sus heridas? Nadie se merece tanta tortura. Ella no hizo nada en contra de ellos, solamente nacer.- dije decididamente.

-No puedo creerlo.- dijo irónicamente y comenzó a reír.

-No comprendo.- arquee una ceja.

-Debo contarte un secreto.-hizo una pausa- Clara te quería pero todas las noches cuando ibas de caza, desaparecía. Un día la seguí y vi como besaba a Sebastián, él la puso en tu camino para utilizarla contra ti después. Ese hombre te deseaba como su mano derecha por tus poderes.- gruño al final.

-¿Por qué no me lo dijiste antes?- inquirí.

-Nuestra relación nunca ha sido buena, Nicolas. Estabas tan obsesionado con ella que pensé que no me creerías. Toda mi vida he querido devolverte lo que has hecho por mí pero no me lo pones nada fácil.- rió.

-Yo quería a Clara por ser la primera mujer que me entendía. Nunca pude creer qué alguien como ella se enamorara de mí. Lo más seguro es que en esos momentos no te hubiera creído pero ahora, te agradezco por compartirlo conmigo, hermano.- palmee su hombro un par de veces.

-La mestiza- se retracto- digo Emily, es una gran chica. Deberías ser más expresivo sobre tus sentimientos.

-¡Moveos! Hay que preparar la comida y no lo voy a hacer todo yo sola.- mi cuñada vocifera mientras empujaba a Lázaro y Jimmy hacia las escaleras.

Charlie se fue con ellos y yo decidí ir a echar un vistazo en mi habitación. Sara cambió las sábanas mojadas por unas limpias y por lo que se ve seco todo con sus poderes. Emily yacía con los ojos cerrados y su cabello mojado alrededor cubriéndola como una manta. Me tumbe junto a ella y la rodee con mis brazos atrayéndola hacia mí. Se acomodo sobre mi pecho hasta quedar cómoda.

-Sara me conto que entraste en mi mente. ¿Eras tú de verdad?- pregunto sin abrir los ojos.

-Sí. Ella sugirió que hiciéramos eso y estabas en mal estado, me arriesgué.

-Sabes que si ese simple fragmento de hielo te hubiera dado ¿Estarías muerto?- eso lo sabía perfectamente. Si mueres en el mundo de los sueños lo haces en la realidad. Por más que tu cuerpo sea impenetrable tú mente no lo es.

-No me importa. Sólo quería salvarte.- me observo fijamente.

-Vi tu rostro cuando me encontraste en esa celda. Estabas en shock y luego en el baño, lloraste.

-Nunca me perdonaré por haberte abandonado de esa manera. Debí llevarte conmigo y así nada de esto hubiera pasado.- lamente.

-Estoy bien.

-¡No lo estás! Te lastimaron, Emily. Vi tu cuerpo destrozado sin fuerzas para regenerarse. Tu sangre cubría el piso y tú parecías- se me quebró la voz.

-Muerta.- completo lo que iba a decir.

-Te juro que cuando encuentre a Edgar lo haré pagar.

-Nicolas, de verás estoy bien.- las lágrimas decían lo contrario.

Reencarnación #1  Trilogía ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora