Capítulo 48: Detalles

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Emily

Me sentía débil, extremadamente débil sin poder moverme a causa del líquido que salía de mi cuerpo. Estoy a punto de morir justo como quería entonces, ¿por qué me aterra tanto la idea? ¿Por qué aun estando a tan solo minutos de que acabe mi miserable vida tengo tanto miedo? ¿Será porque lo más seguro es que vaya a un lugar dónde no éste él? Seguramente desapareceré de este mundo sin haber salvado a mis padres. ¡Fui tan egoísta! Debí haber pensado más en ellos e irlos a salvar sola, Anastasia tal vez me habría ayudado pero ahora ya de nada vale lamentarse. Unas voces discutiendo se escuchan a la lejanía y no puedo distinguirlas, solo sé que debe ser Sebastián.

Despierta de una vez, tonta.

¿Ni estando al borde de la muerte me dejarás en paz?

¡Abre los ojos de una maldita vez!

Los abrí involuntariamente ante los deseos de Anastasia. ¿No puede ser más comprensiva? Este es mi momento de lamentarme por todo lo que he hecho o hemos hecho mejor dicho, en rememorar aquellos recuerdos tan llenos de felicidad que viví durante los últimos días, mis padres abrazándome cuando llegaba del colegio, todos aquellos recuerdos que me hicieron ser quien soy hoy. Mis ojos no se acostumbraban a la luz que irradiaba en la habitación pero no hizo falta eso para saber que era él. Esa sombra borrosa semidesnuda con la voz cargada de ira, el resplandor que irradiaba cada vez que lo veía, su aura llena de remordimientos del pasado. ¿Nicolas? No puede ser, él murió.

Recuerda los detalles, Emily.

El recuerdo de aquel patético día invadió mi mente junto con mi corazón haciéndome llorar. Nicolas con un enorme agujero en el pecho donde su tejido no volvía a unirse, sus ojos cerrados y el cuerpo tan frío como la mismísima noche. Las miradas de Charlie y Lázaro cargadas de ira mientras, que las de Sara y Jimmy eran de lástima. Para nadie es un secreto que yo sentía algo por ese vampiro caballeroso. Comencé a llorar y llorar por sentirme tan miserable, muchas gotas cayeron en su cuerpo y de no ser por Anastasia nunca lo habría recordado de esa manera. Ella me estaba mostrando todo desde su perspectiva, a través de mis ojos podía ver lo mismo que yo sólo que, cada quién ve lo que quiere. Las lágrimas brillaron al impactar con el tejido del agujero en su pecho y se fusionaron con él. Eso quiere decir, ¿yo salvé a Nicolas?

Sí, lo hiciste. Eres tan despistada.

¿Por qué no me lo dijiste antes?

Escuchaste la historia de mi vida ¿de verdad crees que podría confiar en alguien después de eso?

No realmente. ¿Por qué me lo estás mostrando ahora?

Porque algo debo concederle a ese estúpido chupasangres y es que es muy insistente. Se lanzaría en el fuego con tal de salvarte, bueno técnicamente se metió con una bruja de ese elemento y siguió ahí junto a ti.

¿Lo perdonarás?

Eh, Eh. Eso nunca pero si le concedo quedarse a tu lado al menos hasta que haga algo y tenga una excusa para quemarlo.

Nunca cambias, Anastasia.

Comencé a ver mejor y pude presenciar la gran pelea frente a mí. Charlie estaba malherido luchando contra Edgar mientras que Nicolas intentaba atacarlo por la espalda sin éxito alguno. Sebastián no paraba de reír porque estaba protegido por una barrera mágica mezclada con mi sangre, ese mal nacido me las va a pagar.

-Veo que sigues siendo tan cobarde como para luchar tus propias batallas.- dijo Nicolas divertido mientras esquivaba una bola de energía negativa.

Reencarnación #1  Trilogía ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora