Reencarnación #1 Trilogía Reencarnación

Capítulo 41: Sospechas muy alarmantes

Nicolas

Emily tomo la decisión de ir a verlos y aunque no estuviera para nada de acuerdo la apoyaría en esto. Cuando le informamos a los demás nos miraron horrorizados pero aun así dijeron que estarían con ella pasará lo que pasará y eso hizo que los abrazara a todos. Charlie llamo al guardia y esté le informo que dos compañeros suyos irían hasta allá para llevársela. Esa noche nadie durmió. Los gemelos estuvieron conversando y creando nuevos hechizos para estar prevenidos, Sara se obligo varias veces a tener visiones pero ninguna decía lo que ocurriría exactamente, mi hermano averiguó todo lo que pudo sobre esos guardias que vendrían y por lo visto no había nada turbio. En lo que respecta a Emily y a mí, solo nos limitamos a descansar sobre nuestras respectivas camas pensando en el mañana. Todos deseamos que esto termine bien.

Un vampiro y un demonio pisaron la entrada de la mansión. Los brujos gemelos tenían bolas de electricidad en sus manos, Sara hurgaba en la mente de los visitantes, Charlie se mantenía sereno y yo adopte una postura desafiante a pesar de intentar mantener la calma; solo por si acaso. Esos dos guardias vestían ropas oscuras y la marca de la estrella del diablo relucía en sus respectivos cuellos. Ambos nos miraban con expresión divertida. Emily lleno de mucho oxígeno sus pulmones y abrió la puerta lo más calmada que le permitían los nervios.

-¿Eres Emily Collins?- pregunto cortésmente el demonio.

-Sí.- contesto.

El vampiro la miro de arriba abajo tardándose un poco en sus caderas y busto. Maldito, pensé. Todos los vampiros eran iguales solo pensaban en dos cosas: sexo y sangre. Aunque yo soy uno de ellos no puedo compararme a unos críos. Me coloque detrás de Emily y coloque los brazos posesivamente alrededor de su cintura. El imbécil rió.

-El gran consejo desea tener una audiencia con usted. Ninguna criatura a la disposición de ellos puede dañarla y de ser así tendrá el permiso de acabar con su vida personalmente. ¿Lo ha entendido?- explicó el guardia vampiro.

-Lo hemos entendido.- respondí.

-¿Las personas presentes nos acompañaran, madame?- pregunto el otro.

-Sí. Espero que eso no sea molestia.- sonrió inocentemente. Esa es mi chica.

-Claro que no. Bueno, vayamos.

Comenzaron a caminar hacia la intersección de dos árboles cerca de la casa. Los gemelos se colocaron frente a nosotros mientras que Charlie y Sara irían atrás, justo como lo planeamos. Esto era una medida de seguridad por si se les ocurría llevarnos a otro lugar o separarnos de ella. Entrelace mis dedos con los de ella asegurándole que yo estaría aquí pase lo que pase. Un enorme portal apareció de repente dejando ver una sala con unos cuantos muebles tapizados.

-Entre, señorita.- le dijo el demonio. Esté ya está pasado con su buena educación. El vampiro observo nuestras manos entrelazadas y luego me miro fascinado.

-Disculpe, es que preferiría que entrará uno de los nuestros con uno de los suyos para estar segura.- dijo amablemente.

-Como guste.

El demonio entro primero junto a Lázaro, según nuestra estrategia él entraría y Sara leería su mente para asegurarnos de que todo estaba bien al otro lado. Esperamos unos segundos que se me hicieron eternos, nadie se veía allí y no había señales de Lázaro aún.

-Todo está en orden.- susurro mi cuñada.

-Vamos.- dije fuerte.

Llegamos a una gran sala con sus muebles, una chimenea de ladrillo con el fuego encendido, cortinas de ceda cubrían las ventanas dándole un toque hogareño. Un hombre alto y delgado nos observaba con cautela desde la puerta. Su vestimenta era de mayordomo. Mi amigo se quedo en las sombras y me hizo señas de que todo estaba bien, por ahora. Charlie y su esposa se sentaron sin preocupación alguna en uno de los sofás mientras que Jimmy se coloco al lado de su hermano mientras charlaban. Emily no soltaba mi mano más bien se aferro a mi brazo por completo y pude darme cuenta de que sus nervios son de tal magnitud que la hacen temblar. Sin embargo, aparentaba no estar preocupada y segura de lo que hacía.