Nicolas
Ha pasado un mes desde que visitamos al espíritu del agua para que salvara a Emily y estoy muy agradecida con ella. Mi lady dedico los últimos días a cocinar, payasear con su amiga y los gemelos, disfrutar un tiempo con sus padres que se fueron esta mañana rumbo a Francia. Me he deleitado con su sonrisa una infinidad de veces, la he besado en cada momento que puedo del día y hemos visto sus series favoritas en netflix durante la noche acurrucados en mi habitación o la de ella. Disfrutaba cada momento que pudiera pasar con su compañía o con mis amigos y los guardaba muy bien en mi mente porque ahora, en unos cuántos años podría morir como ellos y me enterrarían junto a mi amada o eso espero. Era difícil ser humano después de tanto tiempo pero a la vez era liberador, sentir la necesidad de comer sin querer matar a medio mundo en el proceso es una sensación grandiosa, claro que no todo es color de rosas como dicen.
-¡Hey, abuelo! Persígueme.- grito Jimmy al lanzarme un balón de futbol americano en la cabeza. Menudo idiota, eso dolió.
Este gemelo en particular no paraba de hacerme la vida trizas con sus respectivas bromas sobre mi estado actual. Como soy humano ya no tengo las mismas ventajas de antes y eso me hace sentir mal a veces pero ver a Emily con vida es mucho mejor que ser inmortal.
-¡Cállate! No sé a quién le dices viejo si tú tienes ciento cincuenta años.- refunfuñé.
Unos brazos tibios se envolvieron en mi cintura apretándome un poco y sonreí divertido, voltee y ahí la vi. Emily llevaba puesto un hermoso vestido de verano color morado que le llega a las rodillas y su enorme cabellera sujeta en una coleta, lucía hermosa y esa sonrisa en sus labios no paraba de aparecer.
-Hola.- susurre contra su rostro pícaramente.
Emily Collins y yo no éramos novios aún pero actuábamos como tal, nos besábamos, teníamos guerras de agua o comida junto con los gemelos y Melanie quién ahora no salía de la casa. Hicimos unas cuantas parrilladas, salimos a pasear, ella retomo sus estudios en la universidad de Cambridge y yo siempre iba a buscarla al finalizar el día. No había podido volver a su casa por el desastre en ella y sus padres dejaron a unas personas encargadas para que repararan los daños porque los humanos tenían que ver que eran personas normales como ellos. En cuanto a la mía aquí después de la visita de Edgar la última vez se encontraba echa un desastre y Emily me ayudaba a limpiarla poco a poco los fines de semana cuando Lázaro no la retenía tanto.
-Hola, mi lord.- respondió de igual manera.
-¿Cómo ha ido tu día?- pregunte mientras colocaba detrás de la oreja un mechón rebelde que le cubría el rostro.
-Lázaro no ha dejado de lanzarme hechizos.- protesto.
Ella estaba tomando clases con mi amigo para que supiera cómo defenderse y cabe decir que Emily se volvía buena muy rápido. Los poderes de esta chica son atroces y los controla mucho mejor ahora gracias a él y, Sara que también contribuye con sus lecciones.
-Es por tu bien, cariño.- hizo un puchero. Se ve demasiado tierna, pensé.
-Lo sé, lo sé pero es estresante.- se quejo soltándome mientras que caminaba de un lado a otro.
-Emily.- la sujete un momento por los hombros.
-¿Qué ocurre?- pregunto algo asustada.
-¿Te gustaría dar un paseo conmigo esta noche?- sonrió alegremente y salto encima de mí para abrazarme.
-¡Claro!- la hice girar y girar mientras reíamos sin parar.
Cinco horas más tarde
-¿Tienes todo listo?- le pregunte a Lázaro.
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Reencarnación #1 Trilogía Reencarnación
FantasíaEmily Collins es una sacerdotisa común y corriente hasta que descubre que alguien más vive dentro de su cuerpo. Una bruja del siglo XVII con poderes del fuego y una terrible sed de venganza por el vampiro que la mato. Nicolas Walker entra misterios...