Capítulo 6: Poderes fuera de control

34 13 0
                                    

Emily

 Acostada en esa inmensa cama de sabanas rojas otra vez ¿En qué momento me trajo Nicolas aquí? Ay no, de seguro me trajo en sus brazos mientas corría. ¡Menudo desastre! Mis padres desaparecidos, mi casa destruida y ahora estoy en casa de un vampiro que no conozco; debería haberme dejado ahí para que me matarán en vez de salvarme, no lo merezco. Cree un campo eléctrico mientras lloraba y no tengo idea de cómo lo hice pero maté a aquel demonio. Divise un espejo cerca de la puerta y decidí echarme un vistazo para saber mi aspecto ¡Santo dios! Qué vergüenza, tengo sangre seca en los brazos, mis pantalones de yoga están repletos de cenizas al igual que mi cabello que también parece un nido de pájaros, la franela esta húmeda de tanto que lloré y mi cara parece de zombie. Me sobresalto el sonido de la puerta abriéndose y pude ver entrar a Nicolas con una bandeja de sándwiches y limonada.

-¿Qué haces ahí parada?- coloco la bandeja en la mesita de noche al lado de la cama.

-Nada, solo tenía curiosidad de saber cuál era mi aspecto y me he horrorizado.- se rió y yo también.

-Puedes tomar una ducha en el baño de al lado y utiliza la ropa que se encuentra en ese armario.- señalo un pequeño armario de madera con hermosas flores grabadas en él, todo parecía de mujer.

-¿Tú novia no se molestará de que use su ropa y su cama?- intenté ocultar mi desagrado pero creo que él lo noto.

-No tengo novia desde hace mucho tiempo.- explicó mirándome fijamente a los ojos.

-¿Esposa?- uy, que chismosa eres Emily. Sus ojos se tornaron oscuros y su mirada reflejo dolor.

-Lo siento, no es de mi incumbencia.- agité las manos nerviosa esperando que me perdonara o dijera algo.

-Tuve una esposa una vez pero Sebastián me la arrebato de mis brazos antes de yo poder salvarla. La tenía prisionera mientras me obligaba a hacer todo lo que él quisiera como matar brujas, demonios y humanos; expresé mis opiniones respecto a esto pero él no me escucho y aún después de todo lo que hice, él la asesino. Desde ese momento me prometí a mi mismo que ya no dejaría que nadie me obligará a hacer nada que no quisiera y ya no me considero un asesino aunque, no he pagado por todo lo que he hecho.- al principio su rostro expresó dolor pero termino en furia. Sus palabras me arrastraron a través del tiempo e imagine todo lo que describió, debió haber sido difícil para él.

-De verdad lo siento y perdona mi curiosidad.

Antes de cometer otro error empecé a devorarme el sándwich ¡que delicia! Para solo beber sangre me sorprende que sepa preparar algo de comida.

-No es nada, supongo que es típico de los psicólogos querer averiguar sobre tu vida para poder ayudarte.- sin duda obtuvo información sobre mí.

-Bueno, aún no me he graduado y siempre he sido así, creo que por eso escogí psicología.- sonrió y se sentó a mi lado en la cama.

–De verdad tenías hambre.- si no hubiera sido por su comentario no me doy cuenta de que me comí todo en menos de 5 minutos.

Recogió todo y se fue nuevamente. Corrí al cuarto de baño a tomar una ducha. El agua estaba tibia y deje que recorriera mi cuerpo; conseguí champú y jabón con olor a fresas, tarde un largo rato para asearme bien. Los brazos ya no tenían marcas de uñas como era de esperarse porque desde pequeña sano rápido debido a mi sangre de sacerdotisa, cogí una falda larga azul marino con flores en los pliegos, un sostén blanco de encaje y una franelilla del mismo color; me cepillé el largo cabello mientras tarareaba una canción de cuna y una corriente fría me recorrió la espalda, Nicolas.

-Es de mala educación observar a las mujeres que se encuentran perdidas en sus pensamientos y no anunciarse ¿no lo crees?- dije con una pizca de sarcasmo y lo vi recostado en la puerta.

Reencarnación #1  Trilogía ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora