Capítulo 30: Sueño agitado con Sara

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Emily

Me quede dormida después de tanto practicar con Jimmy cómo hacer tormentas. Fue un día divertido y no quise parar hasta conseguirlo por lo menos una vez. En mi sueño estaba Sarah con una larga falda de pliegues azul celeste y una franela blanca que dejaba a la vista su enorme busto. Sus ojos eran alarmantes y corrí hasta ella.

-¿Sara? ¿Qué ha pasado?- pregunté aterrada.

-Han v-venido por nosotros... Charlie está m-muy mal herido.- estaba asustada y no pronunciaba bien las palabras.

-Tranquilízate y dime qué fue lo que paso.- tomé sus manos y me miro directo a los ojos. Estaban sangrando.

-Lastimaron gravemente a Charlie porque se negó a decirles tu ubicación. Luché todo lo que pude pero ¡Me han golpeado! Si estás aquí eso quiere decir, que me desmayé.- me sujeto fuertemente por los hombros y sollozo.- ¡Ayúdanos Emily!

Un par de manos la sujetaron por el cabello y la arrastraron. Corrí tras ellos pero cada vez se encontraban más y más lejos.

-¡Sara!- grité hasta que me dolió la garganta.

-¡Dile a Nicolas!- me grito.

La silueta del hombre giro y me miro, sus ojos eran negros sin rastro alguno de colores. Tenía una daga en la mano y con esta hirió a Sara en el hombro. Lanzo otra hasta donde me encontraba y me dio en una pierna.

-¡Suéltala!- chillé. En los sueños no podía regenerarme.

Cojee hasta ellos y otro hombre detrás de mí me sujeto. Le clavé las uñas en los brazos, ni se inmuto. Grité tan fuerte como pude a pesar de que nadie podría oírme y patee hasta el cansancio. Todo el piso estaba pintado de un rojo escarlata, como la sangre. El cielo es completamente negro y rayos se acercaban hasta nuestra posición. Sara movió sus labios para decirme algo sin que ellos escucharan.

-Sal de aquí.- fue lo que leí.

Piso al hombre que la sujetaba y esté la soltó, hizo aparecer un látigo dorado como los de Lázaro en su mano y lo golpeo todo lo que pudo. Mordí al que me tenía aprisionada en sus brazos y chillo de dolor.

-¡Perra!

Corrí y tomé a Sara de la mano hasta que ella freno.

-¿Qué ocurre?- pregunté alarmada. Los dos hombres estaban cerca de nosotras.

-¡Huye de aquí! Dile a Nicolas lo que ha pasado.

-¡No!-

La mujer me dio un beso en la mejilla y se abalanzo contra ellos. Cuando estuve a punto de ir tras ella alguien me jalo hacia la realidad. Desperté jadeando en la cama y Nicolas estaba frente a mí preocupado.

-¿Qué ocurrió?- rozo mi pómulo dulcemente con las yemas de sus dedos.

-Sara y Charlie están en peligro.- su rostro se crispo.

-¿Se ha comunicado contigo en sueños?

-Sí, me dijo que Charlie estaba malherido y ella lucho todo lo que pudo. En mi sueño la silueta de un hombre la perseguía y otro me ha agarrado desprevenida.- bajo la mirada hacia mi pierna e hice lo mismo, estaba sangrando.

-¿Eso ocurrió en tu sueño?- pregunto alarmado y asentí.

Nicolas corrió hasta una esquina del cuarto aguantando la respiración, sus ojos estaban muy abiertos deleitándose con él color de la sangre y los colmillos resplandecían. Me miraba como si fuera su presa. Agarré la sabana y presioné la herida, pronto dejaría de sangrar solo tenía que esperar. El vampiro en la habitación no se movía solo observaba cautelosamente. El frío que sentía en la pierna desapareció y así supe que el sangrado había cesado. Fui hasta el cuarto de baño a lavarme la sangre húmeda de mi piel y colocarme otro short, eche toda la ropa ensangrentada en la basura y salí.

Reencarnación #1  Trilogía ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora